¿Qué tiene Nikita Artemiev?: JUNIO 19 b.

Villa del Parque, jueves 13 de junio, 3:08 am.

En el Hotel "Royal", Dante se había dado vuelta y roncaba.

Nik quedó inmóvil en la cama. Cerró los ojos y escuchó unos golpes en la puerta casi inaudibles y extraños, como si les hubiesen puesto alguna tela para amortiguar el sonido. “¿Quién será a esta hora?" murmuró. El corazón latía tan fuerte que sentía moverse sus huesos.

Se levantó temblando y abrió la puerta.
--- ¿Cómo me encontraste, Charly? – susurró Artemiev.

--- Quería hablarle -- dijo.

--- Yo también.
Nikita sentía la sobrecarga emocional y tenía que hacer esfuerzo para ocultar en la oscuridad el temblequeo, el miedo y la vergüenza.
--- No sé que me pasó, ni porqué me metí a pelearme ¿Te lastimé? -- dijo.
Charly hizo un ademán de que no tenía importancia el incidente del "Imperial".

--- Por favor serénese Nik. Siéntese, siéntese... quiero contarle un asunto que me tiene mal – susurró y tropezó con los hierros de la cama de Dante.

--- Su compañero se durmió – dijo.
NiK largó un silencioso llanto, como si fuese la filigrana de su alma.

La lumbre del encendedor de Charly, iluminó los ojos,los cigarrillos apretados en la boca y la cabeza de los dos hombres muy juntas.

--- ¡Estoy mal Charly! -- murmuró Nikita.

--- Le dije que esta muy solo, asustado y enfermo. Le diré Nik, yo estuve internado por alcoholismo en clínicas municipales de Capital ¿Se da cuenta? Me llevaba mi madre antes de casarme, después mi mujer – hizo una pausa -- ¡Y me escapaba! ¡Siempre me escapaba! Con el tiempo dejaron de preocuparse y cuando entré en la caída final, me ataron en la cama de un horrible hospital psiquiátrico ¿Comprende Nikita la gravedad? Perdí la noción del tiempo ¿Qué hacían conmigo? Tendría su edad, estaba casado con dos hijos, pero me sentía muy solo. Nadie venía a visitarme y convivía con ratas y los locos ¿Me entiende?

Miró la espalda de Dante y lo señaló con la cabeza.

--- No se llevan bien ¿No?

Nik se encogió de hombros.

Charly quedó pensativo.

--- Estamos en un solido silencio ¿Eso es bueno? -- dijo y retomó el relato a lomo de burro -- Pasaron meses y un día, me dieron el alta con un Certificado y una bolsa de medicamentos. La nota del medico a mi mujer. le explicaba cual era mi enfermedad y que la cura para el alcoholismo no existía. Estaba condenado ¿Entiende? Enumeró pautas de conductas para controlar la enfermedad: paciencia, comprensión, apoyo familiar y que buscara ayuda en Alcohólicos Anónimos -- dijo Charly.
Otra vez se hundieron en el pesado silencio.

Charly, superó el atracón de emociones y continuó murmurando con palabras duras. Hablaba casi sin abrir la boca masticando cada palabra.

--- Le explico qué es tocar fondo. Me dieron el alta en la clínica y el Doctor me mandó a mudar a casa con folletos explicativos de qué iba el alcoholismo. Le presenté a mi mujer los papeles y ella me dice “¿Qué es esto? ¿Un Certificado de borracho?" Me gritó “Si hubiese ido a la policía, cada vez que me cagabas a palo, yo tendría un libro encuadernado de Certificados con firma y sello del Comisario. ¡Hijo de puta!" Me sentí un deshecho, una hoja del árbol que se podría. Mi mujer estaba enojada y me empujó contra el aparador: me rompí la cabeza y ella gritaba saltando como si tuviese resortes en el culo.

--- Oiga Don Nikita: ella se sacó el zapatito y empezó a clavar el taco aguja en mi cabeza como un un pájaro carpintero. No le miento si le digo que mi cara era una cortina de sangre.
Otra vez el silencio tragó a los dos hombres sentados en la cama, mientras el tercero roncaba.

---¿Comprende, mi viejo amigo,
--- ¿Qué?
--- ¿Es una broma? -- levantó la voz indignado -- ¡Vivir en las tinieblas! ¿Entiende? ¡Una larga pesadilla! Usted, Nikita, sabe de las urgencias de hombres jóvenes: la masturbación no alcanza llenar las células del cuerpo, con el alimento que le da de comer un buen polvo ¿Qué me dice?

Artemiev no supo que contestar. Charly prendió un cigarrillo y con la llama del encendedor, su cráneo brilló.

--- Escuche, mi viejo amigo, me acercaba a la cama de mi mujer y antes de meterme, ella abría los ojos, sonreía y decía "Esta noche, coger cuesta 15% más por la inflación" Decía. ¡La concha de tu madre, zorra! Pensaba con los dientes apretados y las manos en su largo cuello de cisne blanco.

Nik remitió las palabras del pelado a su relación con Freuke “¡Querés coger, pagá!”. Y se ensimismó. El viejo estaba concentrado y cuando fumaba se en la frente se undian surcos como canales.
Charly rompió el silencio.

--- Mi viejo amigo yo trabajaba como repartidor en Sancor para Pagano, llegaba a la cama con la plata justa, pero la cuenta, con inflación que me presentaba la trola, me secaba la verga sin correr el cierre de la bragueta -- dijo.

Nikita abrió la boca y la cerró con el ruido de una tenaza.
Continuó el viejo:

--- Sabe Nikita, mi mujer me engañaba con mi amigo íntimo ¡Amigo de la infancia! ¡Qué sensación de desamparo. ¿Le sucedió alguna vez? ¿Pensó que su mujer lo engañaba?

Charly se movió y un haz de luz de la ventana cayó sobre su calva y disparó un destello, susurraba pegado a Nik.

--- Una noche la seguí a la guarida de la bestia y estuve a punto de matar a los dos. Los vecinos me separaron, yo salí corriendo y atrás mío la montonera vecinal aullando.

Charly levantó los ojos hacia Nik. Parecía estar atrapado en su propia red de desdichas. Artemiev se agitó. La historia del viejo se mezclaba con sus recuerdos: estaba cayendo en un pozo oscuro como si braceara en tinta china.

El pelado lo tomó de los hombros. Salieron al corredor. Eran dos sombras tomadas del brazo y los ojos grandes mirando uno al otro.

--- ¡Teníamos tantas discusiones! Le decía que el alcohol me había borrado la memoria. Entonces ella gritaba "¿Ahora no recordas nada, hijo de puta?" ¡Y me puse a llorar como un niño al calor del látigo de la lengua con 7 bolas de acero de mi mujer! Gritó "Deja de llorar, puto". Mi viejo amigo, me sentí sodomizado por todos los que me rodeaban, mi hermano abogado, vos lo conoces, Bonim, mi suegra, la conchuda de su hermana, el primo policía de la cuarta sección, el cuñado ¿Quién puta es el cuñado de mi mujer? ¡Basta! Fin del trayecto. Bramé sacudiendo la larga siesta post alcohólica, sobrevino la borrachera seca y me cobré la deuda de todas las humillaciones.

Le grité a mi mujer pateandole el culo y ella me replicaba más fuerte "Miserable, puto, puto, degenerado, pajero y todas esas palabras con sabor a bosta y la concha de su madre. ¡La cerda gritaba delante del tremendo cuchillo del matarife! "Andate de esta casa" le ordené.

---Me voy-- Dijo -- Pero me vas a pagar todos estos años: preaviso, sueldo, horas extras, vacaciones, aguinaldo, el auto, la casa, y lo que hay adentro: los hijos ¡Todo es mío!

--- Le separé las manos atenazadas sobre la cabeza, le agarré el pelo con la izquierda y le crucé la cara con un par de bofetadas. Mi mujer se desprendió, y los alaridos me molestaron por su insolente cobardía ¿Por qué gritaba?

El pelado hizo un silencio dramático y enseguida le imprimió a la voz una rudeza que Nik no le había escuchado antes.

--- Nik, le di un jab, enseguida un directo y un uppercut. Cayó de rodillas y se fue deslizando por la pared al piso. Tenía los ojos abiertos. Le había cerrado la boca de una trompada y la pinche prostituta se quedó muda con los ojos desorbitados en los cuales bailaba el miedo.

--- ¡Andate ya! – le grité zamarreando sus cincuenta kilos. Tuve cuidado que no se lastime, cuando la empujé por la escalera. La ví levantarse y levantar vuelo.

Charly y Artemiev bajaron la escalera iluminada por la fría luz del amanecer. El viento barría los viejos escalones de mármol y cristalizaba de hielo la piel y los huesos.

Charly dijo en voz baja:

--- Los hijos también son míos, mi viejo amigo. Ellos no querían irse con su madre ¡Algo habrá hecho esa mujer!¿No te parece?

Nik notó que Charly se sacudía en un cavernoso llanto, se levantó y salió como entró.

Artemiev sintió que un fuerte golpe de viento frío lo sacudió. Saltó de la cama y, como si estuviese envuelto en sueños, le pareció tener su cabeza contra el techo, en la oscuridad del cuarto de hotel. Hacía ruido, puteaba y decía rebotando en la solida noche "Hay que cerrar la puerta"

Dante despertó y alarmado prendió el velador.

--- ¿Qué pasa?

Nik estaba parado al costado de la cama

--- ¡Estoy transpirando amigo! – dijo

--- Estas desnudo. Vestíte que te vas a enfermar boludo.
--- Tengo que ir al baño.

Artemiev salió al corredor y corrió al baño con la frazada sobre los hombros. Todavía estaba mareado, los agitados velos del sueño se deshacían como nubes, no los podía retener y en segundos se reconoció vacío, el cuerpo se le enfriaba y le castañeteaban los dientes.

Entró Dante y su sombra cubrió a Nik que estaba encorvado y temblaba.

Dante lo miró y trajo una banqueta de mimbre sucio sin respaldo.

--- ¡Sentate boludo!

Dante miró a Nikita
--- Decíme ruso ¿Te da lo mismo que, ahora, en este momento, a tu mujer se la está cogiendo el coordinador del viaje de los pendejos de la bilingüe?

Nik lo miró.

--- No se ¿Le mete el dedito en el culito? – dijo.
Dante meneó la cabeza y se rió.

--- Mucho alcohol ruso, no estas pensando bien – dijo. Dante.

"Los hechos y/o personajes
de la obra "JUNIO y 50 Relatos" son ficciones.

Cualquier similitud con la realidad
es pura coincidencia"

FIN

RELATO 19 b

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En Villa del Parque, Bar-Restó "El Imperial". Dante ve pasar a una rubia, la saluda, la muchacha le sonríe y Dante sale disparado detrás de ella. Nikita Artemiev queda solo mirando la pajarera y cuando vuelve los ojos a la silla, ve que el viejo pelado, llamado Charly lo mira. Nik está pasado de alcohol y el pelado es de Alcohólicos Anónimos. Entrenado en la pesca, Charly le da da coba, mientras las dos "confiterías" preparan cada una su show estridente. "El Imperial" a puro tango y enfrente "Los hijos del aborto" a pura cumbia picante.

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Cruzando la calle del "Imperial" la "Jarra Loca" corre, y tocan "Los hijos del aborto" temas del Whachichorro. Los sonidos se mezclan y el infierno le queda chico. Y tanto que, Nikita termina a las trompadas y Dante entra después de echarse un polvo con la rubia. Apacigua al al furioso dueño del "Imperial" con el santo y seña de Papa Luigi.

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Dante y Nikita Artemiev salieron del "Imperial". A poco andar en calles barridas por el viento y la lluvia, Nik exigió comprar Mylanta para apagar el fuego del estómago. Después Artemiev quería contar algo de su brote juvenil. Dante buscó un bar y Nik largó el rollo del recuerdo.