Villa del Parque, miércoles 12, 4:22 pm
En “El Imperial” Nikita Artemiev esperaba a Dante y se concentró en el celular. Iba y venía corriendo la pantalla con los pulgares las fotos de la
orgía en el playón de YPF. Por momentos le invadía un sordo temor ¡Eran ratis!
¡La cana! ¡La KGB !
¡La CIA ! Todos
hijos de puta, que lo levantarían tabicado para tirarlo vestido de naranja en
Guantánamo.
Recordó a la yuta
riéndose con la barra brava del
diablo rojo: disparando al aire, balas de plomo. No
parecía importarles nada, pero si lo agarraban a Nikita le romperían el culo. (Ver Relato 16 )
Miró el contorno suyo proyectado en el ventanal, estaba sobreexpusto sobre la calle bajo la
lluvia y el pendejerío del café de enfrente "Café, Tragos + Rock"
Volvió al celular: pasó a
“Mensajes”, casillero vacío. No se sorprendió. En el Facebook no tenía amigos ¿quién le escribiría? ¿Acaso perdió a alguien que lo estaria buscando?
Corrió la pantalla para fijarla en Eva sentada con ropa
suelta y una pierna sobre la silla.
Eva lo había vacunado y no la
podía sacar de la cabeza; los muslos, el
vestidito, las piernas. ¡Eva era Super!
Nik calculó que si le dedicaba diez minutos en babearse
sobre cada foto de Eva, necesitaría cuarenta años, como a Moises llegar a la tierra prometida.
Nikita quería hacérselo saber a Eva con un mensaje.¿Cómo? Artemiev tenía mas de dos vasos llenos de vodka en su sangre dándo vueltas, revolvió torpe el morral hasta encontrar la hoja arrugada con las Frases Celebres de Los Redondos, creía haber leído una línea que se ajustaba a su ardiente necesidad y quería hacérselo saber.
“Algo me late y no es mi corazón” decían los Ricoteros en “Todo un Palo”. Quedó pensativo, hasta cerrar los ojos.
Abstraído del ruido de mil voces cacofónicas con música de Milonga que se mezclaba con la de Rock del boliche de enfrente. Nik estaba en la ardua tarea de decidir en apretar el botón y que la foto con la frase, salga disparada al celu de Eva.
“Jugate Nikita" pensó "Jugate los huevos, por Eva”.
Pero sintió que alguien le dió un fuerte golpe en la espalda. Se sobresalto y el celular cayó sobre la mesa, levantó la cabeza ¡Otra vez el pelotudo de Dante!
--- ¿En qué andas ruso? – dijo.
--- Nada.
--- ¿Te sentís bien?
--- ¿Por qué preguntas? -- dijo.
Dante trajo una silla de por ahí y se sentó enfrente.
--- Esta noche nos quedamos. Reservé en el Hotel “Histórico” ¿Perdiste a alguien en el celular?-- dijo.
--- No -- dijo y volvió a tirar la memora en el bolsillo de la campera inflable colorada.
Los autos y motos se abrían paso lentamente, y de a rato quedaban atascados por el piquete de pendejos saltando en la calle.
La gente, que no podía eludirlos, caminaba a codazos, bajaba la cabeza y avanzaba contra el viento helado del sur, con las manos en los bolsillos.
La gente, que no podía eludirlos, caminaba a codazos, bajaba la cabeza y avanzaba contra el viento helado del sur, con las manos en los bolsillos.
Nik y Dante se
miraron y echaron una sonora carcajada.Era la primera vez que Dante se reía con Nikita ¿De qué?
Se acercó la mesera. Vestía unos pantaloncitos marrones y una ajustada
remera naranja. Se quedó quietita, con las piernas juntitas y el culito
apretadito. Esperaba el pedido.
Atrás, a espalda de Nik pasaba otra con una bandeja de cerveza y le tocó la espalda con las tetas. Nikita se dio vuelta: los pechos le reventaban la blusa a la "Hoters" y a Artemiev la verga.
Ordenaron milanesa a caballo con fritas y cerveza.
La muchacha de ojos negros, cabello castaño con cola de
caballo y pechos medio descubiertos por el
tramposo diseño del uniforme del “Imperilal”, se agachó sobre la mesa para
recoger el servicio anterior. Ni Dante, tampoco Nik disimularon los ojos pegados a
las tetas de la joven. Ella sonrió, dio vuelta y se fue entre las mesas moviendo
el culito.
Era la hora de las minutas. El movimiento había cambiado y
la gente era otra. Las mozas ondulaban entre las mesas y cada bandeja surfeaba por encima de las cabezas entre oleadas de ruido y humo.
Dante miró a Artemiev.
--- Quiero ver las fotos que sacaste –dijo.
Nik se sobresaltó, estaba distraído y ahora Dante tenía el control. ¡Quedó blanco, el güevón!.
--- No es nada – dijo.
Y sacó el celular del bolsillo:
--- Te muestro.
Y sacó el celular del bolsillo:
--- Te muestro.
Dante levantó la cabeza.
--- Sé como se maneja –dijo.
Nik lo miró asustado.
Dante pasaba las fotos, las volvió a pasar y miró tres veces el vídeo, levantó las cejas y rió.
--- A la mierda ruso, estás loco, jodidamente re-loco.
Nikita intentó sacarle el celular dando manotazos como si estuviese cazando mariposas pero Dante lo esquivó,
levantó el celular sin dejar de mirar la pantalla.
--- ¡Ruso!¡Ruso! – dijo moviendo la cabeza.
Dante se detuvo atentamente en algunas de las fotos de Eva y lo miró riendo.
Nik estiró la mano.
--- Dame mi celular -- gritó.
Y Dante le deslizó el celu para su lado.
--- Hay una captura donde aparezco con la yuta atrás.
--- Es la que disparé desde el auto.
--- ¿Y?
Dante lo miró.
--- ¿Qué vas hacer?
--- Hay una captura donde aparezco con la yuta atrás.
--- Es la que disparé desde el auto.
--- ¿Y?
Dante lo miró.
--- ¿Qué vas hacer?
--- Las voy a subir a YouTube.
--- Ruso ¿Las de mi cuñada también?
--- ¿Qué cuñada?
--- Eva, boludo ¿Te olvidaste?
--- ¿Qué cuñada?
--- Eva, boludo ¿Te olvidaste?
Nik enrojeció.
La mesera estaba parada con la bandeja del pedido y empezó
a descargar los platos inclinándose. Dante se
abandonó para mirarle el ligero movimiento de los senos y Nik se olvidó del
celular.
Comieron ¡Mierda que estaban hambrientos! Si hubiesen comido sin tenedor, terminarían masticándose los dedos de la mano derecha, con la que comen los árabes.
Dante miró a Nik y le dijó con la boca llena de milanesa, frita, huevo, pan y cerveza.
--- Te llega engrapar Papa Luigi, te empareja el culo a patadas, boludo. – dijo.
--- No pasa nada amigo, son capturas de imágenes – dijo.
--- ¿Sos un puto fotógrafo?
Nik se cabreó.
--- ¡Me gusta! ¿Y qué? -- dijo.
--- Espero que te guste sacar solamente fotos y no tirarte a Eva.
--- ¿Por qué?
Dante se rió.
Le pidieron a la mesera otra cerveza con fritas y prendieron cada uno su pucho, a juzgar por el humo que flotaba sobre las mesas, todo el espacio era para fumadores.
"El Imperial" estaba a reventar con los ruidos de la gente. Y a esa cacofonía se agregó un cuarteto de viejos tangueros que probaban el piano, el bandoneón, la guitarra, el cantor hacia ejercicios de voz y el técnico probaba la consola, los parlantes, el micrófono y las luces.
Nik se preguntó espantado, si en un lugar tan chico, a los tangueros los iban a conectar con cables y reproductores sonoros a 110 decibeles. Si esa era la idea, había que correr de "El Imperial" a fuer de quedar sordos.
Dante miraba para afuera. Pasó lentamente una mujer jóven. Dante
golpeó con los nudillos el vidrio. La muchacha se detuvo, miró y sonrió. Dante
la saludó. Se levantó de la mesa.
---
Ahora vuelvo, ruso. Esperame – dijo.
Nik vio a Dante conversar con la muchacha. La había abrazado, rieron y cinco minutos después se alejaron.
--- Da lo mismo – pensó Nik y sacó del bolsillo el Cubo de
Rubik.
FIN
RELATO 17
S E G U I M O S E N C U R S O
Nikita y Dante siguen en Villa del Parque y con la salida de Dante a una cita, Artemiev se encuentra con Charly.
Charly se sentó en la silla caliente de Dante y después de que Nik hubiese exhibido resistencia para escucharlo, Artemiev terminó por contar intimidades de su pasado.
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"Los hechos y/o personajes de los Relatos de "JUNIO" son ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia"
S E G U I M O S E N C U R S O
Charly se sentó en la silla caliente de Dante y después de que Nik hubiese exhibido resistencia para escucharlo, Artemiev terminó por contar intimidades de su pasado.
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(..) Nik dejó el morral al bolsero y se abrió entre las decenas de compradores…buscó la sección "Licores" y delante de los estantes de botellas y se quedó más de diez minutos frente a la Vodka Smirnoff, Moskovka: las agarraba, miraba, las ponía en el canasto y las sacaba del canasto para volver a ponerlas en su lugar del estante. Era una cuestión relación precio - capital efectivo disponible.
Finalmente optó por pagar con la Tarjeta y puso en el canasto de plástico, una botella de la Moskovka. De la "Fiambrería" sacó un bastón de salame picado grueso y 5 ajíes en vinagre y un frasco de pepinos agridulce. En el sector "Bazar", tiró en el canasto, un set con 2 cuchillos y 2 tenedores Tramontina.
En la caja, hizo cola y cuando le tocó pagar, sacó la Tarjeta azul de Mastercard del Banco Provincia, y se la entregó a la cajera.
En este punto, la cola se trabó y los carritos cargados, por viejas impacientes, mal educadas, serpenteaban entre las góndolas. Las puteadas llegaban a los oídos de Nik, rojo de vergüenza: la tarjeta era rechazada por el Postnet, una y otra vez.
La muchacha le sonrió con los ojos y los dientes.
--- Si la pasó otra vez y la rechazan, tengo la obligación de retenerla, bue, dársela al supervisor -- dijo.
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"Indice" de los primeros 10 relatos de "Junio"
Uyuuy, el "Gerentazo" del Banco Provincia llamó deurgencia a Nikita Artemiev. y mientras jugaba con un autito a cuerda: una mierdita china a cuerda, que entraba en la caja de 40 fósforos Fragata, le espetó, como franco amigo, que la orden del Comité Gerencial era "En 24 horas el cliente Nikita... etc, etc, debía saldar el rojo de la cuenta corriente Nº tal y tal más la totalidad de lo adeudado con el sistema de Tarjetas de Crédito Visa... "Se miraron frente a frente, el gallo negro era grande y era banca, pero el rojo era valiente"... no era el caso de Nikita Artemiev.
G A L E R I A
"Sexo- Comer y Beber"
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Hoy "Peter Greenaway"
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