A Villa del Parque, parada YPF; miércoles 12, 1:17 pm.
1.
El Chevy amarillo quemaba las 4 Good Year a 120 Km p/h en dirección Norte por la Autovía 7. Nik había puesto el pie en el acelerador a Villa
del Parque, pero a 17 km , Dante le señaló una Estación de Servicio YPF.
--- ¡Entrá acá ruso! –
dijo.
Nik corcoveó.
--- Dante ¿Qué carajo? ¡Recién salimos y tenemos gas! ¿Qué mierda tenemos que hacer acá?
--- A mi me esperan
en el Parador y vos ruso, no se, dale con el Cubo de Rubik. No tardo mas de 30
/ 45 minutos. Quedate en el quincho de la Parrilla.
Era un pedazo de 1000 m2 sobre la AU7, arrancado al campo de soja y maíz en el cual se construyó un Ciudad que traspiraba 24 horas gas-oíl, gasolina y caucho. Había construcciones siguiendo planos y arquitectura de YPF, caminos internos, agua, luz, Internet, Direct TV y funcionaba intensa y ruidosa como enjambre de maquinas rodantes de todo tipo. En un espacio apartado, como un patio de descanso, había camiones, Buses, Tractores Viales y otros vehículos de menor porte.
Apartado del centro, Dante había señalado un punto negro: "El quincho de la parrilla" alejado como a una legua: era una sombra, un cagadero bajo un tinglado de paja que se movía a
voluntad del viento; hoy, el quincho estaba recostado sobre la derecha
apuntando al noroeste. Si cambiaba de dirección, la estructura de madera raída y paja, se inclinaría a favor del cambio del viento: una veleta de tierra y barro.
Nik entró por la calle al Complejo YPF "Los Tierras del General"
Cruzaron lentamente el playón para estacionamiento de Camiones de Carga
Pesada, Micros de Larga Distancia, Camiones Cisternas, Camiones Jaulas, autos y
todo lo que ande sobre ruedas. Artemiev vio entre los Turks, un carro con un caballo espantando tábanos y moscas en el culo con la cola.
Cruzaron la
Gomería “El Tano”, el Taller Mecánico “Mazorca”, el móvil de
Gendarmería, el mástil de la Bandera , el Santuario de la Protectora de las Rutas:
La Inmaculada Virgen
de Luján.
Pasaron delante de la decena de surtidores, el Express YPF
abierto las 24 horas, los baños. Y se acercaron al Gran Parador/Parrilla /
Artesanías “Comarca 39”.
Dante se movió en el asiento, se colgó el morral.
--- Acá me bajo – dijo.
Nik lo miró: el día
estaba más gris que una puta rata, no era para antejos de sol. No señor. Pero Dante era Dante y tenía puestos las gafas negras.
Nik se rió.
--- De qué te reís boludo – dijo.
--- Anda, anda por la sombra.
Dante marchó a pasos largos hacia el parador. Nikita miró y le llamó la atención que entrase por una puerta trasera. "¿Qué hace?" pensó Artemiev "A mi me manda a una parrilla en ruinas, él elude la puerta del frente y se mete en el agujero del costado ¿Por qué?"
El complejo YPF era en sí mismo, una ciudad con vida, nervios, agitación y un
centenar de hombres, mujeres y chicos yendo y viniendo de un lado para otro. Nadie
estaba al pedo, o desorientado, o aburrido. Cada uno sabía qué estaba haciendo: tenía el camino y el destino en el GPS en uno de los pliegues del forro de la costumbre.
Nik estacionó en el playón y antes de salir del Chevy, prendió un Parliament y le dio dos saques
a la botella de vodka.
Miró angustiado: le quedaban 350 ml y se puso
loco: ¿Dónde podía reabastecerse? Tal vez en el Express YPF.
Salió del auto y el viento frío lo arrolló de pie a cabeza,
lo despejó y Nik saltó para darse calor al ritmo explosivo de la estampida de centenares de motores y autos
que zumbaban en la AU 7.
Los peso pesados Scanias Brasileros de 3 mts de alzada; los Volvo
FH Globetrotter, los Man TGX… la compacta bocha de acero, hierro y humo avanzaban, de a dos, de a tres en fila uno detrás de otro, le seguían los 4 x 4, los sedán, colectivos y otros todos a bocinazos para abrirse paso: y las chatas, los
Ford, las maquinarias del agro y algún
caballo corriendo entre esas bestias mecánicas.
Nik recordó escenas de “Roma - Fellini” bajo la lluvia.
Con la puerta abierta del Chevy, se sentó de costado tiró medio cuerpo sobre el asiento.
¡Jodido pendejo el tal Nikita! ¡Quería tener un Home Motor, detenerse en cualquier lugar a mirar cine.
¡Chingado Nikita! ¡Respitaba en technicolor!
Artemiev cerró los ojos y pensando en el motorhome y en "Roma-Fellini", se durmió arrollado en el asiento delantero.(1)
Despertó entumecido de frío, se desenrolló: tenía las piernas acalambradas y le estallaba la cabeza.
Había parado de llover. Al Este, sobre el
horizonte de la plantación de soja y maíz, el cielo era una pesada capa plomiza
con gruesas pinceladas negras. Sobre el Parador, el sol cubría el espacio con luz esfumada
amarilla, apagada y sucia, entre el
cielo denso en jirones y manchas grises.
Nikita dio vuelta a dos metros en círculo para despabilarse. Volvió al Chevy y lo condujo por el corredor entre maquinas pesadas: grúas, tractores John Deree y una fila de autos, uno sobre otros para desguace: modelo 2010, todas las marcas y modelos ¿Robados?
Salió a un espacio libre, suspiró y estacionó el Chevy amarillo.
El exiguo y mortecino sol pegaba sobre el parabrisas. “Tal
vez me caliente los huesos”, pensó apretado por el frío de las latas del Chevy.
Quedó un momento pensativo y/o vacío sacó del bolsillo el Cubo de
Rubik: 4x4x4.
Le mortificaba no resolver el problema y no dejaba de darse
con el látigo de siete colas cada vez que porfiaba en encontrar la solución. Se empeñaba con los móviles eslabones de colores, pero parecía
estar lejos de que cada cara del cubo quede alineada en blanco, rojo, azul,
naranja, verde y amarillo.
Con el paso de los minutos, Nik se sentía impotente y su humor iba cambiando y
susurraba puteadas cada vez más seguido hasta darse por vencido.
--- La concha de tu reputisima madre Rubik y tu puto invento ¡Me jodiste la vida, hijo de puta!
"¡A la mierda!" gritó "¿Dónde carajo está Dante?"
Era evidente que Artemiev estaba perdiendo las riendas.
Era evidente que Artemiev estaba perdiendo las riendas.
Prendió un cigarrillo del paquete que tenía la advertencia
mortal al usuario “Fumar causa problemas en el embarazo”, "¿Y a mi, qué carajo me importa? Tosió y se premió con
otro trago de vodka. Miró la botella: le quedaban dos dedos en el fondo. La escasez del alcohol lo puso ansioso. ¡Había que salir corriendo ¡ya! a buscar otra botella!
2.
2.
Nikita Artemiev no quería abandonar el Chevy, no quería moverse, estaba pesado, cerraba los ojos, los abría y los volvía a cerrar para echar una siesta y en ese instante oyó voces, palabras entrecortadas y retozos de risas.
Buscó con la mirada y descubrió a diez metros, entre hierros,
cubiertas viejas y un acoplado jaula, a dos pendejos de poco más de 18 años y una
piba de ¿15, 14, 13? ¿Cómo saberlo? La hija de Artemiev, Maruscha de 12 años, andaba
por la calle como si tuviese 16 y la madre, Freuke, se vestía, maquillaba y
peinaba como si fuese su hermana mayor.
El flaco, pegado a la piba, movía las manos en su cadera
desabrochando la mini y ella con la suya, juguetona y metida entre el cinturón y la piel, daba vuelta la cabeza, al amigo que, se había
metido bajo la remera, le apretaba las tetas y le daba
tremendos chupones en el cuello. Parece que habían empezado tranquilos pero fueron calentando motores para arrancar de una puta vez.
Interesante lo que se venía, al menos a Nik la sangre le corrió por el cuerpo y se le hincharon los labios, abrió los ojos y la cabeza pareció inundarse de sangre. El corazón golpeaba el pecho a mas de 100 y el calor lo sofocaba.
Si bien, el sol segaba el parabrisas del Chevy, Nikita estaba asustado. El miedo a que lo viesen le corrió el culo hacia el borde del asiento y pegó los ojos detrás del volante.
Si bien, el sol segaba el parabrisas del Chevy, Nikita estaba asustado. El miedo a que lo viesen le corrió el culo hacia el borde del asiento y pegó los ojos detrás del volante.
A cada segundo, el movimiento de las
manos y las bocas del terceto, creaban figuras y contorsiones que habían tirado a Nik a las llamas. Le llegaba
desde algún lado de su cabeza, que no
debía mirar, que la suya era la presencia de una psiquis desquisiada entre otras cosas: el voyeurismo. Asi resultaba que Nikita era pajero y voyeur ¡Miera Artemiev! ¿Algo para agregar?
La piba tenía un pedazo de poronga que no le cabía en sus manos, se agachaba y el amigo de atrás la esperaba acostado sobre una
cubierta de tractor con la suya en posición
de ensartar el culo de la pendeja.
Nik sintió calor, se le paró la pija y reaccionó agrio y avergonzado, sabía que su mirada, terminaría la verga masturbada en su mano fuera de control, en el Chevy.
¿Cómo mierda alinear una conducta lógica cuando estás con los motores girando en cualquier sentido?
¿Cómo mierda alinear una conducta lógica cuando estás con los motores girando en cualquier sentido?
Nik sacaba fotos con el
celular, filmaba los movimiento, había
liberado su verga del pantalón y la acariciaba.
La nena tenía la pija
de uno en la boca y en rápidos movimientos arriba-abajo se abría al otro. Era tal las ganas que ponía a coger y ser cogida como venga, que movía el culo sobre
la cabeza de la gruesa verga, chupaba al mismo tiempo y doblaba el cuello para el chupón morado.
Era un clip, un flash tras otro y el argumento era cojer ¿La descripción? ¡Una pelotudez del autor.
La morocha estaba inclinada sobre el pibe recostado en la cubierta de un tractor, tenía las manos en la verga, la jalaba y chupaba mientras el otro le entraba como un tren bala por atrás. !Ay, Aha, Oh, my good" Pegaban gritos, quejidos, susurraban y reían con voz pastosa.
El trío sobre la montaña de llantas de tractores y Nik, escondido en el Chevy, jadeando, con su guacha dale que te dale, todos frenéticamente desaforados.
Nik sacaba fotos y vídeo con el celular y no podía despegarse del hierro. Tenía la poronga viva y le sacaba chispas. El Chevy amarillo se cubrió con rojo púrpura y el blanco esperma lo ahogó.
Acabaron a los gritos, jadeando, desnudos, dándose palmadas en el culo, saltando en círculos y revolcándose en la llanta del John Deere ¿Cuánto mierda iba a durar? Nik tenía miedo que lo descubran sacando fotos. No se atrevía moverse: necesitaba un porro y un trago profundo de vodka.
Y en el rincón del Chevy, tirado de cabeza en el piso sucio, aún tenía imágenes en la mente, que lo sacudían como a San Vito en la caldera de aceite.
Era un clip, un flash tras otro y el argumento era cojer ¿La descripción? ¡Una pelotudez del autor.
La morocha estaba inclinada sobre el pibe recostado en la cubierta de un tractor, tenía las manos en la verga, la jalaba y chupaba mientras el otro le entraba como un tren bala por atrás. !Ay, Aha, Oh, my good" Pegaban gritos, quejidos, susurraban y reían con voz pastosa.
El trío sobre la montaña de llantas de tractores y Nik, escondido en el Chevy, jadeando, con su guacha dale que te dale, todos frenéticamente desaforados.
Nik sacaba fotos y vídeo con el celular y no podía despegarse del hierro. Tenía la poronga viva y le sacaba chispas. El Chevy amarillo se cubrió con rojo púrpura y el blanco esperma lo ahogó.
Acabaron a los gritos, jadeando, desnudos, dándose palmadas en el culo, saltando en círculos y revolcándose en la llanta del John Deere ¿Cuánto mierda iba a durar? Nik tenía miedo que lo descubran sacando fotos. No se atrevía moverse: necesitaba un porro y un trago profundo de vodka.
Vio que se despegaron y los dos flacos empezaron a vestirse.¡Mierda! ¡Mierda! Eran dos botijas de la Policía Provincial estacionada a la entrada de YPF.
Nikita tuvo un ataque que desencajó el cuerpo en terror.
"Estos hijos de puta no necesitaban razones para balearte sin despeinarse ¡Mierda, mierda, dónde carajo me metí!"
Las lágrimas de bronca saltaban contra el parabrisas semi cegado por un mortecino rayito de sol.
"Estos hijos de puta no necesitaban razones para balearte sin despeinarse ¡Mierda, mierda, dónde carajo me metí!"
Las lágrimas de bronca saltaban contra el parabrisas semi cegado por un mortecino rayito de sol.
Su vigoroso pene ahora era un montoncito de piel arrugada con la cabecita fuera de la bragueta. Lo metió adentro y se agachó bajo el volante del Chevy "¡Ay, mamita, si pudiese desaparecer!"
Y en el rincón del Chevy, tirado de cabeza en el piso sucio, aún tenía imágenes en la mente, que lo sacudían como a San Vito en la caldera de aceite.
"¿Quién era la nena? ¿Una rutera monotributista?, ¿Una paquera? para pagarse la falopa?" se preguntó Nik.
Nik deliraba, asomó la cabeza: se estaban despidiendo.
Ay, ay ay Chico, si venían para este lado, Nik estaba frito.Se quedó tirado en el piso del Chevy ¿Cuánto? Hasta que se nubló, y el cielo oscuro le dio valor a ponerse de rodillas a espiar, la muchacha estaba sola y fumaba.
Tenía la mirada fija en el Chevy amarillo.
Con el dedo índice, la piba, le señaló que saliera del auto y se acercara.
¡Joder, macho! El culo de Nik despedía chispas y tiraba pedos tan ruidosos como los truenos sobre su cabeza y recordó una frase de Daylan Thomas
¿Por qué ahora Daylan Thomas?
¿Por qué ahora Daylan Thomas?
"La poesía debe ser tan orgiástica y orgánica como la cópula, divisoria y unificadora, personal pero no privada, propagando al individuo en la masa y a la masa en el individuo”
"No se, no se" gritó.
Referencia / Dylan Thomas
(1) "La poesía debe ser tan orgiástica y orgánica como la cópula, divisoria y unificadora, personal pero no privada, propagando al individuo en la masa y a la masa en el individuo”
Una extraña ha venido
a compartir mi cuarto en esta casa que anda mal de la cabeza,
una muchacha loca como los pájaros,
traba la puerta de la noche con sus brazos, sus plumas.
Ceñida en la cama revuelta
alucina con nubes en esta casa a prueba de cielos
hasta alucina con sus pasos este cuarto de pesadilla.
libre como los muertos
o cabalga los mares imaginarios del pabellón de hombres.
Ha llegado posesa
la que admite la alucinante luz a través del muro saltarín,
posesa por los cielos
ella duerme en el canal estrecho, hasta camina el polvo,
hasta desvaría a gusto
sobre las mesas del manicomio adelgazadas por mis lágrimas.
Y tomado por la luz de sus brazos, al fin, mi Dios, al fin
puedo yo de verdad
soportar la primera visión que incendia las estrellas.
Amor en el hospicio, Dylan Thomas.
FIN
RELATO 16 a
"Los hechos y/o personajes de "JUNIO" son ficticios.
Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia"
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Índice de los primeros
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