Ciudad del Este, lunes 10, 9:17 pm
Nik detuvo el Chevy delante de la
Nueva Mansión del empresario llegado a Ciudad del Este: la Casa con Rejas de Papa Luigi, compañero o esposo de Eva.
Nikita miró unos minutos pensativo con el corazón agitado,
después respiró como le enseñó la viejita
instructora de Yoga en casos de miedo, strees o pánico y finalmente bajó del Chevy amarillo.
Tocó el timbre y esperó de cara a una luz infrarroja y cámaras de vigilancia.
La puerta de reja se abrió sin ruido y con suavidad aceitada,
Nik entró y la reja volvió a cerrarse con un golpe seco a su espalda.
Atravesó el jardín con matas y arbustos ornamentales y flores iluminadas por luces ocultas a la vista.
Se abrió la puerta blanca con apliques bañados en oro y Nikita
pasó al conocido salón de sillones: el diván
chaise longue de Eva, una mesa cuadrada enana de patas gordas con libros y
revistas prolijamente acomodadas. El amplio espacio estaba iluminado por una
difusa luz de color durazno rojizo que, con el perfume dulzón, los leños prendidos
en el hogar y la llamas bailoteando, era una envolvente y narcótica calidez en
la perturbadora penumbra de la amplia estancia con
estatuas y pesadas cortinas.
Papa Luigi lo recibió sentado en el sillón.
Vestía un elegante saco chaqueta corte robe de terciopelo azul marino ajustado
con un lazo, pantalón blanco y mocasines.
Papa Luigi lo observo en silencio. Tenía ojos de un celeste
tan claro que parecía que las cuencas estaban llenas de agua. Nik no
pudo mantener la mirada y giró
la cabeza al hogar de leña; era tan grande,
que el fuego parecía un bosque en llamas. “Acá todo está a
escala de Gulliver en el país de los enanos”, se dijo Nik y descubrió las armas
que Papa Luigi tenía a la vista sobre el hogar. “Este tipo preparó todo para
que me cague sentado"
A Nik no le sirvió de mucho la respiración: estaba preso de un violento miedo al arsenal de escopetas, rifles,
revólveres... ¿Por qué carajo había venido? Quería escapar pero estaba sentado mirando a Papa Luigi.
--- Eva no está
– dijo – Vamos a charlar.
“¿De qué quiere hablar?” se preguntó Nik.
Papa Luigi lo miró. Tenía la boca algo torcida y la sonrisa era una burla, un festín para él.
Papa Luigi lo miró. Tenía la boca algo torcida y la sonrisa era una burla, un festín para él.
--- ¿Qué hacen en las clases de Yoga? – dijo.
Nik titubeó ¿Yoga? ¿Por qué habla de Yoga?.
Arrancó indeciso y patinando.
--- Son movimientos del cuerpo buscando la armonía y el
bienestar del espíritu y la mente – dijo.
--- ¿Todo eso en una hora de clase, tres veces por semana? –
dijo.
Nik se cuidaba de hablar, explicar. Pensaba que Papa Luigi estaría de cacería tras sus palabras, y buscaba algo que le sirviera de pretexto para colgarlo en el sótano de la mansión.
Nik se cuidaba de hablar, explicar. Pensaba que Papa Luigi estaría de cacería tras sus palabras, y buscaba algo que le sirviera de pretexto para colgarlo en el sótano de la mansión.
Nik esquivó la mirada de agua de Papa Luigi.
--- Yoga es algo así como pasar a un estado de vida de paz
con reflexión, meditación y relajación – dijo.
--- ¿Hay Yoga para parejas?
“Acá se viene” pensó Nik.
“Acá se viene” pensó Nik.
--- ¿Yoga para parejas?.. si… a nivel muy superior ¡Muy
superior! Con 100 años de practica, se
aprende a incorporar la disciplina
física, mental y espiritual.
--- ¿Es una broma?
--- ¿Qué?
--- Lo de 100 años.
Nik no contestó.
--- ¿Vos y Eva que hacen juntos?
--- ¿Qué? No, no – Nik se apuró a negar cualquier contacto físico
con Eva – nosotros, nosotros estamos en la salita azul del jardín de Yoga. Solo meditación, respiración, relajación. ¡Solo eso Papa Luigi! Cada uno en su rinconcito.
Nik no se daba cuenta de las boludeces que decía.
--- ¿Eva para qué necesita relajarse?
Nik se encogió de hombros.
Papa Luigi cambió de posición la pierna y paso el dedo gordo y el índice por la raya del pantalón.
Papa Luigi cambió de posición la pierna y paso el dedo gordo y el índice por la raya del pantalón.
--- Ruso, Eva está relajada -- dijo -- todo el día en la cama leyendo. Me
contaron que ustedes se acuestan en una
colchoneta, cierran los ojos y se trasladan al anochecer de una playa desierta:
escuchan olas, pájaros,
truenos lejanos y la lluvia sobre la cara. Ven un piano blanco y un coro
celestial ¿No?
--- También cantamos mantras: "Om mani padme hum".
--- ¿Qué es eso?
Nik lo miró satisfecho: podía lucirse delante de ese pedazo de bruto y lanzó la andanada de palabras que aprendió Gugleando "Cada sílaba del mantra Om Mani Padme Hum purifica el cuerpo, el habla y la mente, y alude a cada uno de los aspectos que se desea trasmutar: el orgullo y el ego, la envidia y la lujuria, la pasión y el deseo, la estupidez y el prejuicio, la pobreza y el afán de posesión, la agresividad y el odio. Por ello, cada sílaba remite a los seis pāramitās o virtudes trascendentales: la generosidad, la ética, la paciencia, la diligencia, la concentración y la sabiduría."
--- ¿Qué es eso?
Nik lo miró satisfecho: podía lucirse delante de ese pedazo de bruto y lanzó la andanada de palabras que aprendió Gugleando "Cada sílaba del mantra Om Mani Padme Hum purifica el cuerpo, el habla y la mente, y alude a cada uno de los aspectos que se desea trasmutar: el orgullo y el ego, la envidia y la lujuria, la pasión y el deseo, la estupidez y el prejuicio, la pobreza y el afán de posesión, la agresividad y el odio. Por ello, cada sílaba remite a los seis pāramitās o virtudes trascendentales: la generosidad, la ética, la paciencia, la diligencia, la concentración y la sabiduría."
Dicho ésto, Nik se quedó mirando a Papá Luigi con una sonrisa "¿Qué tal?
Luigi se rió.
--- ¡Qué manga de pajeros, papá! – dijo.
Nik se movió en el sillón molesto.
--- ¡Mira cómo son las cosas! Mientras meditas con los ojos
cerrados, el Banco no duerme ¿Se entiende lo que digo, papá?
--- ¿Qué Banco?
--- El tuyo, papá ¿Me equivoco? ¿No te sacaron hoy tu última casa? Ahora tu Banco es un poco más rico y vos
mucho, mucho más pobre. El Banco ¿Medita? ¿Reflexiona? Gargano, el gerente,
¿Cierra los ojos? ¿Escucha pajaritos y
ve mariposas?
Nik se sobresaltó.
--- ¿Cómo sabés?
--- En la ciudad hay buchones por todos lados y tal vez sepa más cosas de vos, papá.
Sonó la alarma en la cabeza de Nik y en la puerta de calle.
Papá Luigi levantó la cabeza y lo miró fijo.
--- ¿Tal vez Eva? – dijo .
Nik puso cara de poker.
Papa Luigi sin levantarse miró en el control la cara de
quien llamaba, luego apretó algunas teclas y volvió los ojos acuosos a Nik.
---¿No me mentís? – dijo
con gravedad Papa Luigi.
Se abrió la puerta y entró Dante, el hermano de Papa Luigi. Nik saludo con la mano.
Dante era un flaco alto de pelo crespo, hermano chico de Papa Luigi. Vestía vaquero,
remera de marca y campera de cuero negro.
Llevaba colgado al hombro un morral, también de cuero, y anteojos
negros.
Dante miró a Papa
Luigi.
--- ¿Qué hace el ruso en tu casa? – dijo.
Papa Luigi estudió a
Nik.
--- No se. Preguntale – dijo.
Nik pensó que era el momento de despedirse y salir
corriendo. Se levantó: dio dos pasos vacilantes, quedó unos segundos como
colgado y tomó el corredor al baño.
En el baño se sentó en una silla
blanca a fumar.
“¿Por qué mierda me metí acá?” Pensó. Y también sintió su alma calentarse por las ganas de ver a Eva, y aunque ella no estaba en la casa, la sentía en su piel. Pero su marido tenía dos
revólveres en la sobaquera y un arsenal sobre el hogar de fuego ¡La puta con el padrino!
Entró Dante en el baño.
--- ¿Molesto? – dijo.
Prendió un cigarrillo y abrió la angosta ventana.
--- Una casa libre de humo ¡Qué rompebolas! ¿No te parece? – dijo.
--- Una casa libre de humo ¡Qué rompebolas! ¿No te parece? – dijo.
Nik no contestó.
--- ¿No está Eva? – preguntó Dante.
--- Tu hermano dice que no está.
--- ¿Viniste a verla?
“¿Este también quiere saber?”
Dante no le quitaba los ojos.
--- ¿No sabes por dónde anda? – dijo.
Nik se exasperó.
--- ¿Cómo voy a saber?
Dante lo miró.
--- ¿Te pasa algo? – dijo.
Nik se sentía un ratón delante de trampas que le colocaban cada vez que avanzaba. Era hora
de irse y buscaba una excusa que
no levantara sospechas. Había caído en la casa a una hora imprudente en un momento inadecuado. Si Papa
Luigi lo apurara con preguntas del tipo “¿Por qué viniste?” “¿Para qué?”
“¿Necesitas algo?” Nik no tenía una
respuesta convincente. ¿Contestataria
con cara de boludo? “No se, quería charlar con Eva”.
Dante tiró
desodorante de ambiente y salieron de regreso a la sala.
Papa Luigi los escrutó.
--- ¿Fueron a fumar?
Nik y Dante se miraron.
--- ¡Qué par de pajeros!—dijo Papa Luigi fastidiado.
Dante no le prestó atención.
--- ¿Podemos
servirnos whisky? – dijo.
Papa Luigi reprobó el pedido de Dante, pero con un gesto le dio permiso y así, los tres estaban sentados con un vaso de whisky. Papa
Luigi miraba a Dante, Dante sonreía y Nik
miraba el whisky: tenía que tomarlo mojando la lengua porque no habría otro.
Papa Luigi abrió el juego apuntando con el dedo a Nikita.
---Estaba pensando en este.
Nik se sobresaltó y
miró a Dante.
--- ¿Qué tiene que
ver el ruso?
Papa Luigi cruzó la pierna.
--- Es un pelotudo – dijo -- ¿Sabes que por estadística este es el país que tiene más librerías? ¿Por qué? Porque miles de tipos como
Nikita Artemov abren librerías comerciales como si fuesen bibliotecas
personales ¿Quién carajo lee? ¿Como puede
ser negocio? El libro no es un bien de cambio, ni material, ni durable. El
libro tiene un precio, pero siempre que comprás uno, tenés la sensación que te estafaron “¿Un libro cuesta tanto?” Y pensás “¡Me
están robando!” ¿Tengo razón o no?
Papa Luigi estaba afilado y no se distraía.
---
Querrás escuchar una historia Dante ¿Eh? – dijo estirando la cabeza y contó la historia de Calás, Nik y los libros que creyó vender.
--- El ruso se
cortaba el pelo con un sujeto llamado Calás. Un tipo que aprendió el oficio de peluquero en la cárcel. Un día, Calás se
aparece por la librería del ruso.
Papa Luigi hablaba con voz gruesa; uno de los ojos
transparentes estaba siempre entre cerrado, como si hubiese sido tocado por un rayo
de sol. Hablaba rápido, apenas abría la
boca, se le arqueaban las cejas y aparecían líneas en la frente… Papa Luigi
estaba contando un asunto del
cual Nik estaba avergonzado y que nunca lo confió a nadie y Papa Luigi conocía la historia ¿Cómo mierda?
Nikita Artemov había
procedido como un pelotudo con Calás.
Le abrió un crédito de palabra, para la compra de textos
escolares a sus hijos, pero se le agregaron los textos de los hijos de su
hermana, que Nikita no se atrevió a negándoselos y también los del hermano de Calás, que vivía en Los Jacarandás…
a medida que la pila de libros sobre el mostrador se hacía montaña, a Nik se le
entrecortaba la respiración, sudaba, le ardía el rostro y tenía punzadas en el
estomago... Para cobrar, Nikita Artemov
esperó a Calás el primer fin de mes: no vino y tampoco al mes siguiente. Un
sábado, Nik fue a la peluquería, pero la
gente en espera lo avergonzó y la brutalidad Calás preguntándole “¿Qué querés?”
lo hizo recular.
Nikita esperó a Calás seis “fines de mes” y finalmente, con algunas copas de vodka, fue
hasta la casa en el Barrio Mosconi. . Entre
decenas de casas iguales ubicó la de Calás y llamó, golpeando la puerta con
los nudillos.
Abrió Calás con el torso desnudo. La luz, a espalda de Calás,
le daba en la cara a Nik y ocultaba al otro.
Calás se rió con tanto descaro que el sonido llegó al barrio La Liga.
--- ¿Y ahora ruso, qué mierda querés? – dijo.
--- Los libros – Nik titubeó -- Te acordás…Los que compraste
para tus hijos, tu hermana, tu hermano el de Los Jacaranás…Te esperé y no
viniste a…a pagarlos… los…libros ... me los debes.
--- No te voy a pagar – dijo.
--- ¿Por qué?
--- Ruso, los libros me los distes ¿Miento? ¡Por eso no te
debo nada!
--- Yo… yo te los vendí a crédito – tartamudeó Nik.
Calás lo empujó, cerró la puerta y eso fue todo.
Nikita nunca cobró los libros.
Nikita nunca cobró los libros.
--- ¡Hay que joderse!
– Dijo Papa Luigi -- ¿Porqué el ruso no exigió que Calás le pagase los libros? ¿Miedo
al hampón del pueblo? O porque la
práctica de la meditación, la relajación y el Mindfulness lo detuvieron y Nikita, recargado de espíritu,
le perdonó la deuda.
--- ¿Qué Mindfulness? – preguntó Dante.
--- Preguntale al Ruso, qué es Mindfulness.
Nikita Artemov tenía las bolas por el suelo. Se sintió
zamarreado y se calentó.
--- ¡Mindfulness! ¿No querés que también le explique que
mierda es el Kundalini Yoga, el Raja
Yoga, el Shakti Yoga, el Nada Yoga, el Kriyu Yoga? ¿Con cual empiezo? – dijo áspero.
Papa Luigi lanzó un carcajada.
--- ¡Epa!¡Epa! Escuchá al ruso ¡Está enojado!
Dante había venido a
ver a su hermano por otra cosa.
--- Dejálo al ruso en paz -- dijo.
Papa
Luigi lo miró serio unos segundos,
después se paró y llevó a Dante a un rincón.
Se enfrascaron en qué tenía que hacer Dante al día
siguiente. Hablaban en voz baja, casi susurrando, para que Nikita no escuchase
que el plan era: ser prudente y Dante tendría que salir a la ruta sin ninguno de los autos que tenían los
hermanos.
Nik se desentendió de Dante y Papa Luigi y sacó del bolsillo
de la camisa el celular. Al segundo le cayó un rayo que le descargó 10.000 wts
en la cabeza y Artemov reaccionó quemado por su imprudencia. ¿Cómo iba a mostrar
el celular que guardaba las fotos de él con Eva, Eva sola cambiándose ... Nik se apuró en tirar el celular en
el morral y se hizo el boludo.
Respiró hondo y anestesiado por los temblores que
le calaba el culo, cayó en un sueño
dentro de otro sueño.
Dante sacudió el hombro de Nik
--- ¿Vamos? – dijo.
Nik subía al Chevy y Dante le gritó.
--- Esperame.
Dante volvió a la mansión de Papa Luigi sin tocar el timbre
y desapareció en el interior.
Nik se sentó delante del volante. Adentro hacía un frío de cagarse y no tenía radio ni dónde mierda poner CDs. Tal vez en algún momento podrá poner el Chevy amarillo a punto y que se vea pi-pi-cu-cu.
Dante tardaba en salir y Nik cada vez estaba con más frío, dentro del cubículo del Chevy.
--- ¿Qué mierda le pasa a Dante? ¿Se está confesando? – gritó fastidiado.
Cuando Dante salió de la mansión del hermano, Nikita cruzaba la fase 2 de la hipotermia: tenía violentos escalofríos, estaba pálido y los labios, orejas y dedos estaban azules.
Nik despertó con los gritos de Dante, abrió los
ojos y por algunos segundos no supo donde estaba. Después se recuperó y
partieron.
En el Chevy amarillo no hablaron mientras cruzaban las desiertas calles de la ciudad amenazada con truenos y relámpagos.
--- ¿No querés pasar? – dijo Dante en la puerta de su casa.
--- Otro día.
--- Bueno, nos estamos viendo.
Nik arrancó el auto y se perdió en las desiertas calles esa
noche de lunes, fría y tormentosa con
ráfagas de viento que desestabilizaban el Chevy amarillo.
Fin del Relato 7
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“JUNIO es una obra literaria y los hechos y/o personajes son de ficción.
Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia”
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SEGUIMOS EN CURSO
Ciudad del Este; lunes 10, 10:59 pm
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( juniolibro.blogspot.com.ar ¿Qué tiene Nikita Artemiev? )
PORTADA
Relato 5
Relato 6
........................................................................................................
( Juniolibro.blogspot.com.ar “Qué tiene Nikita
Artemiev” )
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