jueves, 27 de octubre de 2016

JUNIO 9 b. - Martes 11, 10:02 am


J   U   N   I   O

Martes  11;  10:02  am

                                       juniolibro.blogspot.com.ar ¿Qué tiene Nikita  Artemiev?

1

Nikita estacionó el Chevy amarillo a dos cuadras de la librería. Llovía y las calles estaban anegadas.  Nik escupió una puteada  y corrió   hasta “Pushkin libros”.

Entró mojado y de mal humor.

Lola y Emilia, estaban metidas entre la fotocopiadora, los libros, cuadernos, mochilas.  juguetes, portaretratos. Había un expender de agua, otro de Coca Cola y de seguir amontonando golosinas y  corriendo los libros del centro de la góndola al fondo,   en pocos meses sería un Maxi-Kiosco y en vez de llamarse “Pushkin”,  Nikita  Artemiev lo bautizaría  “Borges Open 24 horas”.

Nik esperó reponerse detrás del mostrador y se dio dos “puff” de Salbutamol.

Las chicas lo miraban con disimulo. 

Nik gritó “¿Cómo mierda andan las cosas?”, abrió la caja, revisó las ventas y no pudo disimular que estaba contrariado.

Lola se acercó.
--- Mal tiempo, Nik.  No anda nadie – dijo.

Nik la miró y se aflojaron algunos tensores de su  cuerpo, le sonrió a Lola y miró a Emilia.

Las  muchachas  estaban muy lindas,  arregladas y dejaban a su paso estelas dulzonas. Vestían  mini negras y  remeras verde limón con el logo “Pushkin”. Las chicas eran lo "más" de la librería, siempre con la risa pronta y la presencia “Pipicucu”.

Nik se sintió alagado de verlas así: fue él quien diseño la “carnada”  para  sus clientes, a quienes, los ojos se les pegaban ojeando con disimulo, las piernas que dejaban ver la minifalda, el culo apretado y el escote que insinuaba los tersos pechos de sus empleadas.

Estaban frescas,  alegres y le daban a “Pushkin” una envidiable presencia en esta reputísima  ciudad de mierda metida en el orto de la Provincia.

Nikita Artemov  subió al entrepiso a encerrarse en su escritorio: su íntimo espacio, su miserable lugar en el mundo, al cual cada tanto, irrumpía Freuke con el ceño fruncido y mal talante a romperle las pelotas con reclamos y otras menudencias. 

Su mujer caminaba erguida como un oficial de Leibstandarte SS AH, subía sin saludar y  se le plantaba  a Nik con el ceño fruncido.

Lola y Emilia escuchaban gritos y, esas peleas  conyugales a las puteadas, las colocaba en una situación embarazosa.  Si entraba alguien a sacar fotocopias, se ponían  nerviosas, corrían entre los exhibidores y se chocaban.

Nik le tenía miedo a su mujer ¿Por qué?


Freuke lo cortaba a cuchillo con palabras cortas y siempre terminaba la faena diciendo “La mitad de esto me pertenece, te das por enterado” daba media vuelta, bajaba del escritorio y antes de irse, miraba a Lola y Emilia,  levantaba el dedo índice, lo agitaba amenazante y decía “A Ustedes dos las voy a echar a patadas en el culo”.

Nik susurraba con la cabeza gacha y en voz baja, una y otra vez “Om mani padme hum” y lentamente volvía a sentir  sus pies calzados como Nikita  Artemov.

Nik pensó en el bolso de ropa que dejó en el Chevy  “¿Qué carajo voy hacer?” 

Dio unas vueltas alrededor del escritorio y decidió que era hora del cuartillo de vodka.

Tomó el aperitivo, hizo una mueca, chasqueó la lengua y llamó al “Chino” Valdin en Buenos Aires. Era una opción para no quedarse solo girando como un trompo.  El “Chino” trabajaba escribiendo  chistes para  la radio y guiones, que trataba de meter en cualquier editorial de revistas.

Su  amigo  el "Chino", vivía con la libertad del  bohemio, y esa “cualidad de vida libre”, fue la que perdió Nikita  por  viajar a Provincia, hacerse cargo del negocio de libros, juntarse con Freuke y tener hijos. Con ese enroque perdió la partida con un tremendo Jaque Mate.

El contestador del “Chino” le respondió  “Me fui a Rio y me quedo en el Misti  Rio Hostel, Copacabana.  Ratas, manden dólares "  

“¡Qué tipo!” dijo Nik mirando al vacío: el camino a Buenos Aires estaba cerrado.



2

Nik estaba con su libido al rojo y, como   Heredia, también él podría cantar “Tengo la carne joven, roja la sangre, la dentadura buena y mi esperma urgente”


Nikita se acercó a la barandilla, miró al local y clavó los ojos en Lola. Sintió como  la verga  pegó un estirón. 

Lola  era su íntima carnal y, al reparto de suerte,   a Nik le caían cada tanto días buenos:   acertaba en la vespertina  la redoblona con el 21 y el 4 y para festejar, volaba en el Chevy con Lola  al Khajuraho a darse generosas y apasionadas encamadas.

También con Lola viajaba  a la Ciudad de Buenos Aires y visitaban  la exposición  de la Cámara de Juguetes y  la Feria del Libro. Veían Cine o paseaban por Puerto Madero, San Telmo, y  se perdían entre la Plaza San Martín, la calle Florida, Lavalle, Corrientes y Rivadavia hasta caer  en el hotel, con aperitivos, cena y vino,  besos, caricias y todo eso.

Hoy el día era espantoso con viento, lluvia y frío. Daba para meterse en la cama a culear ¿no?

Desde arriba, y con los ojos en las bubis de Lola, Nik se preguntó si su amiga podría escaparse por unos días  con él, hoy, ahora ¡Ya!

Era posible y bajó la escalera y se acercó a Lola por atrás.
--- ¿Vamos a Khajuraho? – le dijo al oído.

Lola sintió la punta de la lengua de Nik y el cálido aliento en la oreja, le produjo un cosquilleo que la estremeció de placer. Se dio vuelta y lo miró sonriendo, después se puso en puntas de pie y le dijo al oído, con una mano en el pecho y la otra entre el cabello.
--- Hoy no puedo Nik – y le besó  la mejilla.

Nik le apretó la cintura como diciendo “OK” y volvió a subir al entrepiso.

Nikita tenía los brazos apoyados en el escritorio y deliraba con los testículos hinchados: tal vez podrían no ir al Khajuraho  y  coger acá, en el rincón. 

¿Garchar  acá?  ¿Atrás? ¡Imposible! Estaba sucio, había ladrillos, bolsas de cemento y cal. El  dueño se apuró en alquilar el local como estaba y se olvidó de limpiarlo. Solamente le dejó la dirección para que Nik le llevara  la montaña de basura que quedó  hace 15 años.

Nik no hizo nada y el dueño se olvidó.

En el espacio limpio que le quedaba, tenía un pedazo de alfombra, el escritorio, un sillón giratorio, dos sillas y estantes con libros que cerraban el fondo oscuro del entrepiso.

En esta intimidad suya,  podía esnifar  un par de líneas, un porro y terminar el día con vodka, pepinos agridulces y escribir apuntes para el libro que escribiría ni bien se desocupara dentro de cien años.


3

En un inesperado giro de la mente a contramano, le apareció Freuke, su mujer,  como un recuerdo gastado de tanto manosearlo.  La conoció desnuda, caliente y humeante como pan dulce sacado del horno. La recordaba así,  aunque ahora no entregaba las tetas, ni la raja, ni el culo, tampoco una sonrisa. Freuke le expresaba con  rostro de virgen  martirizada que, nunca, nunca  le atenderá sus plegarias y le ofreció la bandeja dorada con las Reliquias de Ágata: dos tortitas dulces que representaban las tetas de Ágata  “¿La venganza de Santa Ágata? La concha de tu madre Freuke" 

Nikita bailaba sobre si mismo como un derviche, con la diferencia que el  Vodka prendía el  motor.


Nik, años atrás, averiguó  Googleando algo sobre el segundo nombre de su mujer: Ágata.  ¿Eran las burlas que el destino le tenía preparado para que disfrute?

Se cuenta en el santoral de las mártires, que un tal Quintianus, Senador romano por los años 200 d.c. perseguía con insistencia a la casta jovencita Ágata, con propuestas indecentes. La joven, muy bella y de buena figura por cierto, se negaba y lo enfrentaba con su vida.  Quintianus la acorralaba, caliente como estaba. No había fin a la persecución de desvirgar a la chica y de tanto ir el cantaro a la fuente, el Senador irritado la hizo torturar primero y ordeno después que le corten las tetas.
Así lo expresa la poética popular.

“Agueda que no quisiste someterte, 
las tetas te han de cortar”
“Y le respondió la Santa: que cuerten por donde quieran" 
"Que cuerten si han de cuertar”

Nikita Artemov, que pensaba en la resistencia de Freuke a volver a la cama conyugal, dijo “¿Esta mujer cree que soy el Senador Quintianus?

“Y le cortaron las tetas como aquel que cuerta el pan”

En Zaragoza es tradición comer un dulce con forma de pecho de mujer, "reliquias de Santa Águeda" relleno de trufa y nata. En la localidad de Escatrón celebran el día 5 de febrero con una multitudinaria procesión en la que las jóvenes portan en sus cabezas los panes benditos que ofrecerán a la Santa.

Nikita navegaba al garete y sin destino. Cansado dormitó en el sillón del escritorio.


4

Nik  miró la prolija hilada de cajas, todas iguales y con membretes que registraban el año: las cajas contenían descripciones de personajes, anécdotas,  historias cortas y otros suvenires. La última  tenía el número  20.

Hace 20 años que juntaba hojas sueltas, apuntes, cuadernos “Gloria”, los tapa dura “Rivadavia”, agendas y de vez en cuando pensaba juntar todas las hojas en  orden aleatorio, hacer una copia digital, registrar la obra y mandarla a Tusquetes.

Con otro  cuartillo  de vodka y el cigarrillo entre los labios, se asomó al negocio.

Afuera llovía y el viento se llevaba a  los paraguas. 

Hacía  un  frío de cagarse.


Desde el balcón del entrepiso, Nik le guiñó a Lola, Lola le hizo un mohin y Nikita  se volvió al sillón.


5

Sentado  en el escritorio, Nik  llamó a Víctor, el otro salvavidas; un amigo de la adolescencia, profesor de Letras en el Nacional Domingo Faustino Sarmiento  de la calle Libertad en la CABA.  Con Víctor podía tomar whisky o lo que haya y hablar de Literatura, Historia, Arte, Cine… pero falló el intento: el contestador le notificó que el Profesor Víctor Magno no se encontraba en su residencia  y que regresaría el próximo 25 de junio “Después de la señal, deja tu mensaje” 

¿Quedaba alguien más a quien llamar? ¡Nadie!

El hondo vacío se abrió a los ojos cerrados de Nik y volvió a sentir cómo  el pecho lo inmovilizó de dolor. Después tosió como si escupiese pedazos de pulmón. El cenicero desbordaba de colillas y en el humo estancado de los cigarrillos, Nik podría colgar un hacha.

Se preguntó si era pelotudo, sin saber a qué tópico se referia. Tomó otro cuarto de vaso de vodka y dijo  “Eijj  chingada  suerte la mía”

Se acordó del hermano de Papa Luigi: Dante, que estaba al salir para algún lado de la Provincia por negocios.

No eran, lo que se dice amigos, pero había  empatía y se reían  con cascoteados chistes… Estaría bueno buscar a Dante, ofrecer el Chevy amarillo y acompañarlo.

Tomó otro cuarto de vodka y se puso contento porque salir con Dante a la tierra de los tres generales era la mar de divertido. Miró la caja "15" sobre el escritorio y trató de recordar en qué puto momento de distracción la sacó del estante. Esto volvió a ponerlo de mal humor. “¿Qué mierda voy hacer con ésta caja?”

Revolvió los escritos de la caja 15  y dio con  "Amantes clandestinos” Las hojas estaban manuscritas con una Parker de tinta azul-negro. Leyó el título completo “Amores Clandestinos de Provincia, donde la gente está metida en el orto”  

Parado al lado del escritorio, la caja 15 abierta y un manojo de hojas en la mano, empezó a leer.

“Una mañana… serían las 10, porque el enano que vendía diarios en la plaza se agarró a trompadas con el que vendía diarios enfrente, en la cafetería de Rodríguez  y Ledesma (RYL). Eran las 10 porque todos los días se agarraban a trompadas a las 10”

“El Reloj de la Policía marcaba 10 campanadas a las 11:30  y los relojes de la Peatonal habían dejado de funcionar a los tres días de ser puestos en hora, con bombos, fanfarria y discursos sobre el incontenible desarrollo de la ciudad en paz y libertad, justicia, fe y esperanza: siempre mirando para adelante”

“¡Eran la 10 y a la concha de tu madre!” 

El texto seguía pero creyó que tenía que moverse si quería encontrarlo a Dante en la ciudad.  Guardó las hojas  en el morral y regresó la caja al hueco que había dejado en la hilada.

Levantó   el  libro  “Crónicas Maritales” de Marcel Jouhandeau.  
“Habrá quedado de ayer” dijo y leyó.

Las mujeres abandonan el hogar mucho más fácilmente que los hombres, y tú eres más doméstico que ninguno"

La frase lo desconcertó y pensó sin llegar a nada. Volvió la vista a las lineas de lectura que referían a la cuestión de quien abandona a quien con facilidad y sin derramar lágrimas. 

“Para mí, abandonarla no es tan simple. Hay algo retorcido en mí.  Varias veces elevo mis súplicas a Dios, le ruego que movilice a la muerte, que la muerte me lleve a mí o la lleve a ella. Pero al minuto estoy implorando todo lo contrario, que (Freuke) no me abandone nunca, que no se vaya, que no se muera, que mi suplicio continúe”.

“Este hijo de puta de Jouhandeau me sacó la placa de rayos X” dijo Nik y salió de “Pushkin”: no quería llegar tarde a la casa de Dante.

Cruzó la plaza bajo la tormenta de viento y una sorpresiva granizada de pedazos de hielo como huevos.


Fin
Relato 9 b – Segundo Tiempo
....................................................


“Los Relatos de “JUNIO” son ficción. Los hechos y/o personajes son ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia”

...................................................................

Todos los Relatos de JUNIO están alojados en
( juniolibro.blogspot.com.ar  ¿Qué tiene Nikita Artemiev? )

.............................................................................

SEGUIMOS  EN  CURSO 


IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

TE  PUEDE  INTERESAR

R   E   L  A   T   O  /  2

http://juniolibro.blogspot.com.ar/2016/08/junio-2-lunes-10-1038-am.html

"Había salido antes del amanecer y en el  banco exhibí frente a Gargano toda la gama vergonzante de inseguridad y servidumbre. Todo lo malo y conflictivo que tenía con el banco, eran asuntos míos, acciones propias, actos provocados por mi conducta y sin embargo, parecía incapaz encausar el curso que había tomado mi vida. Para nada estaba satisfecho... ahora me quedaban las horas del día para convencer a mi mujer  que firme el papeleo en la escribanía  para salvar "Pushkin libros" y no caer en la marginalidad. Va a ser una pelea de fondo "La concha de tu madre Freuke Ágata" 






http://juniolibro.blogspot.com.ar/2016/09/junio-3-lunes-10-258-pm.html


Freuke se levantó.  
--- ¿Qué mierda hiciste ahora? – dijo.
--- Tuve que cubrir el rojo del banco con el terreno y la casita.
Freuke no lo escuchó: tenía lo suyo para meter en  la hoguera... y que el fuego del infierno no se apague hasta que no le pueda pegar una patada, en los huevos a Nikita y mandarlo a la puta madre.

--- Pelotudo  ¡Perdiste todo! 





R   E  L   A   T    O   /    8




R   E   L   A   T    O  /   9


Este asuntillo  “¡Querés coger, pagá!” de la noche anterior, lo sacó de la cancha con tarjeta roja escrachada en su jeta y Nikita  reaccionó mal, ofendido y en caliente se fue de mambo. Si hubiese  pensado  diez  segundos, reconocería que las palabras de Freuke “¡Querés coger, pagá! No tenían nada de sorprendente u ofensivo, porque a Nik le sangraba el culo de pagar todas y cada una de las cuentas de la familia. Era una provocación y desprecio que Freuke le tiraba cuando Nik se ponía pesado.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII


Si te haz dado una vuelta por el Blog y te gusta, ponele un + y difundilo en tu Facebbok, Twiter y otras redes.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

No hay comentarios:

Publicar un comentario