jueves, 13 de octubre de 2016

JUNIO 8 - Lunes 10, 10:59 pm




Ciudad  del  Este;  lunes 10,  10:59  pm

Nikita había llegado a la casa de Eva para verla una vez más y se encontró con Papa  Luigi, quien no dejó de gastarlo todo el tiempo que  estuvo allí. Como dice el refrán “Fue por lana y salió trasquilado”.

Se fue de la mansión de Papa Luigi con Dante en el Chevy amarillo. Nik estaba malhumorado y no quiso bajar en la casa del hermano de Papa Luigi.

Nik siguió en el Chevy amarillo dando vueltas por la desierta, fría y lluviosa Ciudad del Este... Nikita tenía en mucho qué pensar.

¿Papa Luigi sospechaba de los encuentros de él y Eva? Si fuese así no necesitaba burlarse, como lo hizo un par de horas atrás, el tipo  tenía métodos persuasivos   para que Nikita se cague de miedo y corra   para que no lo agarre la perrera.

Se decía  “sotto vocce” que, con  empresarios de la Ciudad del Este, Papa Luigi manejaba negocios que incluían lavado,  juego, prostitución, contrabando, droga. Así constaba la denuncia del periodista A.L. a quien semanas después le balearon el frente de la casa y la cana se negó a tomar su  declaración alegando falta de insumos: papel para escribir.

Nikita andaba con cuidado,  no quería sumarse  a las habladurías de la gente, y decía:   “Papa Luigi es un empresario exitoso”.

A pesar del cuidado que ponía Nik en pasar inadvertido ¿Quién era Papa Luigi? Un tipo amable, un vecino generoso que convocaba a  su vigilada  chacra "El Guri", a familias, amigos e invitados del poder y de la Sociedad esteña. El cerca de ligustrina, àrboles, y la distancia del complejo de la chacra, impedía ver los  atracones con pantagruélicos asados, fútbol y póker. Se decía que allí se apostaban títulos de propiedad, caballos pura sangre, autos de alta gama, relojes de oro, fajos de dólares termosellados… "¿Quién lo vio?"   Pensaba Nikita.  Pero los rumores era fuertes. 

Así, con toda la basura que deja la bajamar, la gente decía que Papa Luigi era un respetable vecino, y era de gran valía su activa participación y generosa solidaridad con el pueblo esteño. Sus sociedades civiles, cooperativas escolares, círculos culturales…a todos  atendía con “dinero vivo sabrosón y crujiente”  en sobres de papel manila importado.

Nikita había entrado a  la Gran Casa de Papa Luigi  de la mano de Eva que, lo condujo suavemente a su espacio íntimo. 



Nik, sintió la mano suave de Eva como su guía al Jardín de las Delicias. Eva tenía la piel blanca, sedosa y su cuerpo dulce y fresco  exhalaba  rosas y jazmín. El sabor de Eva lo extravió en amor y erotismo, dolor y sufrimiento.  

¿Y Eva?

Tan pronto como se acercaba a Nik para acariciarle la mejilla o levantar la sabana de su cama para darle cobijo. En otro momento,   lo miraba sonriendo desde el diván Chise-long. 

Por otra parte, Papa Luigi lo colgaría de los huevos sin pensarlo dos veces y ella solamente miraría por la ventana detrás de las cortinas de voile.

Después de gastar las llantas del Chevy dando vueltas por la ciudad, Nikita necesitaba un trago  y la petaca de cuero que tenía en la guantera estaba vacía. Dobló bruscamente y retomó la 19 hasta la Plaza.

Detuvo el Chevy  frente a la librería “Pushkin”.

Se abrió camino en las sombras del local,  subió al entre piso, encendió la luz del escritorio, sacó de un estante la botella de  vodka Smirnoff  y un frasco de pepinos en vinagre.

Al momento de servir el vaso, la mano le temblaba “Eij tvaiu mat” balbuceó las pocas palabras que recordaba que su padre decía cuando tomaba   vodka, que él mismo fabricaba, le daba sin asco: vaso tras vaso hasta caer.  Nik hubiera querido saber algo mas que la chingada "Eij tvaiu mat"     pero el viejo se iba olvidando, hasta que se olvidó de  todas las palabras y murió sin enseñarle. 

Los Artemov bebían mucho con  dolor, lágrimas, risas y horrible sufrimiento, condenados a cuidarse para salvar el cuello.

Su abuelo Vladimir,  era un exiliado que vivía en Villa Ballester de Buenos Aires, en el barrio “Unión Soviética” allá por el año 1950. 

En este peculiar poblado de pocas cuadras,  habitaban los refugiados de la URSS: Ucranianos, Rusos, Bielorusos, Alemanes del Volga, Armenios, Kasacos y otras etnias y Repúblicas de  la Mancha Roja: un animal vivo , despiadado que ponía en  "Peligro la estabilidad y los valores de  Occidente" en los años  de la guerra fría.



Vladimir, el abuelo de Nikita,  era un  perseguido de la KGB por traidor a la patria, Art. 58 apartado 1 (Actividades contrarrevolucionarias)  del Código Penal  de RSFSR y  podía ser envenenado o  arrollado por un tren en la estación de Villa Ballester empujado por un agente encubierto del Partido Comunista del Este. Para la URSS, el PC local estaba dormido y los camaradas no hablaban  ruso y la colonia de la Unión Sovietica no hablaba castellano. ¿Cómo infiltrar a un  comunista nativo en el villorio?   

“Eij tvaiu mat”, su abuelo tenía escondido en sus entrañas el miedo y también algún  conocimiento que no garpaba: cultura… libros, música, especialmente, operas:  las cantaba después de varios vasos de vodka y las lágrimas  le saltaban. De chico,  Nik se aburría y salía a la calle y con otros peques formaban la banda  “Capone”.  Fabricaban Vodka casera (copió la fórmula a su viejo)  alcohol medicinal, agua, cascaras de limón… y la banda "Capone" vendían la producción en la misma  “Unión Soviética” a escondidas del verdadero dueño del negocio: su padre Alexandr Artemiev.

Cada uno de los inmigrantes venía con sus costumbres y heridas y entre todos hacían, de las pocas cuadras, un gueto divertido y lacrimoso. Gritaban como locos,  olía a borsch desde las 11 de la mañana todo el día y casi siempre entre todos, se agarraban con pesados insultos  a sopapos entre risas y bailes.




Nikita recordaba que un tipo de la Casa Rusa murió envenenado y lamentó que el terror del abuelo fuese trasmitido a su padre y su viejo a él. ¡El miedo de Alexander Artemiev los llevó  a esconderse en cualquier lugar,  lejos de Villa Ballester y de su abuelo: la semilla del miedo. 

Nik perdió a sus socios de la floreciente industria alcohólica. Fue su primer y único emprendimento comercial de éxito y demanda sostenida,  aunque con muchas deudas por cobrar a sus clientes rusos que,borrachos, lo sacaban a patadas. 



Nik creció y vio a su abuelo Vladimir pasar por   su vida como un tren bala.  Lastima,  hubiera querido saber como fue arrestado a los diecisiete años y enviado al Gulag, como se vivía en esos campos de castigo y re-educación política a 40 grados bajo cero y como, cumplida la condena, corrió sin parar hacia el este en  1939 cuando la fuerzas alemanas arrasaban con las aldeas hasta llegar a Moscú. Para ese entonces, Vladimir había cruzado la frontera y  alojado a gritos, empujones y más patadas en un Campamento de trabajo nazi-alemán para residentes extranjeros. 

Buena historia.



Después de este primer momento emotivo, Nikita se sirvió otro cuarto de vaso y abrió el frasco de encurtidos.  Mordió un pepino agridulce y el vinagre, la carne del pepino y el alcohol se mezclaron en la boca y explotaron.


Se sentó en la silla  del escritorio y miró las fotos guardadas en el celular. Nik tenía a Eva prendida como un abrojo  y eso lo ponía nostálgico y suplicante. 

“No está bueno que el hombre  esté solo”  repetía Nik en  su estado de delirio  “ Necesito  una ayuda  para no estar solo”  gritó.


Nik se miró las manos: no temblaban “Está todo bien” suspiró.  Sirvió otro vaso. y  se  perdió en  reflexiones  que partieron de Eva y en cuanto la deseaba. Pero, para acercarse a ella,  dependía de la suerte en una loca carrera de obstáculos. 

La Usina lechera de Nik funcionaba las veinticuatro horas y el cuajo le salía por la boca y los ojos. Esta urgente necesidad de descargar la producción, lo tenía ocupado en aplacar la ebullición que le hinchaba el cerebro y los huevos.  

Nik estaba algo turbado y las cosas brotaban confusas ¡Ya iban varios cuartillo de Vodka! 

Artemov (1) se arreglaba como podía en el caos de su vida sexual.  Era  como si estuviese en un Bingo;  podía tocarle un buen tiro y ligar una cita. Pero en la mayoría de los intentos,  marraba el tiro  y quedaba “pagando” al aparato. 

Tenía  ocasionales relaciones  con Lola y en el entre tiempo se masturbaba feroz. 

¿Y su mujer Freuke?   Ese rollo estaba acabado y la intimidad sexual  desde  hace cinco años no existía.

Freuke cerró las piernas y cayó la persiana del kiosko,


En este punto,  Nik había perdido el rumbo, se levantó, corrió alrededor del escritorio y se derrumbó sobre el sillón.


Estaba de puta madre ¡Mal! Con la mente alterada, deseaba poseer una mujer para liberarse de la presión de la sangre que vomitaba el corazón. Nikita era una bomba de tiempo.

En el escritorio tenía un Best Sellers de escritos sobre  sexo y fotos eróticas  que recibió  para su venta. Abrió al  azar y le cayó un texto de Cohelo  ¡Nada menos que Cohelo!

"Te voy a lamer del coño al culo y del culo al coño, que no vas a saber si te has corrido o te has cagado

Nik se sentía a punto de estallar: la cabeza le daba vueltas, el corazón le saltaba del pecho. 
El estomago vacío, el vodka y el sexo urgente  lo estrellaron.

Y como si se hubiese agarrado del viento, pensó en la tostadora de Freuke   ¡Le iba a sacar humo!

Tomó otro cuarto vaso de vodka y comió con ganas el pepino en vinagre.

Nik estaba en pedo, extraviado y alucinaba  ¡Pensaba un plan  para salir con Freuke a una parrilla!   ¿Largarse al Kajuraho a garchar,  después de no tocar a su mujer durante cinco años? El delirio de Nik le hacía ver lo imposible con la testarudez de quien dice "Sí, se puede" 


Nikita se sirvió otro cuartito de vaso de vodka y hojeó el libro que tenía abierto en el escritorio “El sexo y los escritores”

Henry Miller El sexo es una de las nueve razones para la reencarnación… las otro ocho no son importantes” 

Billy Wilder Cuarenta y cinco años masturbándome y sigo sin tener fuerza en la mano

Nik gritó "¿Qué hago acá solo?"

Volteó las hojas ilustradas del libro y vio la foto de Cortazar, esa en la que tiene un pucho en la boca y abajo el texto:

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo, lo que me gusta de tu sexo es la boca, lo que me gusta de tu boca es la lengua. Lo que me gusta de tu lengua es la palabra

Nikita releyó el texto y se echó a reír:  la lengua de Freuke Ágata y  la suya no daban ni para una vinagreta.

¡Nik volaba por las calles de la ciudad detrás de una mujer que lo detestaba como él a ella,  sin haber  resuelto “El Cubo de Rubik”!



Nik estacionó el Chevy amarillo. La calle estaba asolada por el viento, la llovizna y la oscuridad. Miró las cuatro torres "De Los Maestros” Veía ventanas con luz y otras oscuras. Miró su reloj “Tres y media”

Subió  al 7° piso.
El pasillo estaba sin luz, caminó pegado a la pared hasta el departamento.  Abrió la puerta a tientas y caminó sin encender las luces, chocándose con los muebles y puteando como si tirara patadas al vacío. 

Se paró delante del nicho de Freuke y con la poca luz que entraba por un  agujero,  vio la curva de la cadera y oyó que roncaba como un tractor John Deere arando la tierra seca. ¡Joder tío! Hoy,  Nik no se quejó, se desnudó tiritando de frio y caliente como una pava. 

Nikita tenía la verga hinchada, se inclinó sin ruido, levantó la la cobija  y se metió en el nido de la Abeja Reina.

Corrió la remera, tanteó el culo y lo punteó. Con la respiración entrecortada deslizó   una mano sobre el cuidado   Monte de Venus ¡Mierda! ¿Por qué Freuke segó el pastizal que Nikita transito antaño y recortó  el jardín en forma de pequeño corazón?  "Más tarde, más tarde se verá. Ahorita no podía perder tiempo,  se movía  hacia adelante para apretar a Freuke contra la pared. Al mismo tiempo agarró  una de sus pulposas tetas y la masajeó como a una pelota de goma.


Freuke Ágata, sintió como el toque mortal de una anguila eléctrica.  Saltó,  prendió la luz del velador, se dio vuelta, y lo miró. Nik no supo descifrar el código, se incorporó  y Freuke  lo esquivo.  

--- ¿Queres coger? ¡Pagá! – gritó pateándole los huevos.

La mujer se dio vuelta y moviendo el culo desapareció en la oscuridad del piso.

Nik encendió la luz de toda la casa. Estaba desnudo y corrió al refugio de la Abeja Reina:  la habitación de Yevgueni. Tanteó el picaporte  y la puerta resistió.

“Abrí  guacha” “¡Hay que hablar!” gritó.

El aullido  traspasó el piso, las paredes y llegó a los vecinos.

No recibió respuesta, retrocedió y fue a la cocina. Buscó algún resto en la botella de Ginebra: se revolcaba en la transpiración de su furia.

Estaba  alterado y se sacudía como un epiléptico y golpeaba las paredes con los puños.

--- Abrí hija de puta y la remil puta que te parió.
Asomó la vieja desde su habitación.
--- Por favor, los vecinos Nikita.
--- Métase adentro vieja chusma y los vecinos que   hagan fila para mamármela.

--- ¿Qué le pasa Nikita? – volvió a la carga la vieja.
--- Métase adentro, carajo – le tiró un vaso que se hizo añicos contra la pared.
--- ¡Policía! ¡Policía!  
Los gritos movieron los cimientos de la torre.
--- ¡Hija de la gran puta! 

Este desgraciado episodio siguió subiendo de tono con grusos insultos.  Nik  pateaba la puerta y Freuke gritaba del otro lado   “¿Querés coger? ¡Pagá. viejo pajero!”

De pronto todos  gritaban a la vez. Nik se vistió llorando rabioso “Hijos de puta” “Hijos de puta” balbuceaba. Se agarraba de las paredes y corría por el piso  “¿Qué hacen conmigo ¡Se terminó todo! ¡Hijos de puta!”
  
Corrió a la escalera y lo tragó la oscuridad.



“¿Que pasó?” dijo Nikita Artemov 

"Se suelta el hilo de plata y se quiebra la lámpara de oro, y se estrella el cántaro en la fuente y se rompe la polea del pozo (...) No hay razón, dice el Eclesíastés. ¡Todo es absurdo!"
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Nik saltó de la cama agitado y colmado de angustia.

Prendió un cigarrillo, tosió con  dolor en el pecho. Después se quedó parado y trató de recordar: ¿Freuke le había gritado en la cara “¿Queres coger? ¡Pagá, viejo pajero?

¿Cuánto tiempo anida el odio para liberarse del cepo y  materializarse en hechos?  

"¿Cuánto más no entiendo? ¿A quien le pregunto? ¿Alguien me ayudará? ¿Mi destino está en una mujer? ¿Una mujer me eleva y me sepulta? ¿Qué pienso?"


Amanecía. Las nubes tenían  color plomizo y el viento había enredado la ropa del tendedero de la vecina.

Estoy en la parrilla Dijo Nik y se contestó, con  palabras de San Lorenzo, mártir:
  
Hermano fuego, Dios te hizo hermoso y fuerte y útil: te ruego que seas amable conmigo” 

Nik salió en silencio, sin despertar a su familia.

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Ref. (1) 

¿Artemiev o Artemov?  Puede causar dudas  ¿Es el mismo personaje? Y si fuese que Artemiev y Artemov es el mismo apellido ¿Cómo es posible?

En 1948, con la llegada de barcos cargados de inmigrantes de la guerra: polacos, húngaros, rusos, slovenos, es decir, el Este devastado, se dio cita en el Puerto de Buenos Aires con valijas de cartón atadas con sogas y apellidos indescifrables para la Policía de Migraciones. 

El castellano es un idioma con  reglas ortográficas que ningún escriba conocía  y ellos  debían escribir nombres impronunciables en documentos oficiales,  tenían su horario de trabajo y un orgullo de pertenecer al país que recibía a todos esos desarrapados. Consta en actas secretas, que se reían, insultaban brutalmente y escribían aquello que entendían o traducían a su antojo a partir de la pronunciación del pobre  inmigrante. transformándolo un apellido en otro parecido ¿Quién mierda iba a reclamar?

El caso de Artemiev fue uno de esos equivocos y Vladimir fue registrado como Artemov. 

Para mayor desconcierto de mis lectores, Vladimir, en razón de ser un "Traidor a la Patria" por la URSS, cambió su apellido en algún lugar de Baviera, de modo que tampoco Artemiev es real. 



FIN 
Relato 8



“Los hechos y/o personajes de “JUNIO” son ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia”

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Seguimos en Curso

Con el  próximo Relato de la Saga



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Portada


www, juniolibro.blogspot.com.ar “¿Qué tiene Nikita Artemiev?

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Relato  2


"Había salido antes del amanecer y en el  banco exhibí frente a Gargano toda la gama vergonzante de inseguridad y servidumbre. Todo lo malo y conflictivo que tenía con el banco, eran asuntos míos, acciones propias, actos provocados por mi conducta y sin embargo, parecía incapaz encausar el curso que había tomado mi vida. Para nada estaba satisfecho... ahora me quedaban las horas del día para convencer a mi mujer  que firme el papeleo en la escribanía  para salvar "Pushkin libros" y no caer en la marginalidad. Va a ser una pelea de fondo "La concha de tu madre Freuke Ágata" 



Relato  4


“Nik miró a Freuke, le dio la espalda y apoyó la frente a la pared suspirando. Era como si hubiese bajado los brazos harto de tantas peleas.
--- ¿Y ahora qué haces pelotudo? – dijo Freuke
--- Estoy cansado, muy cansado.

Freuke agarró la extensión  de la aspiradora y le pegó con toda su fuerza en la espalda. La cabeza de Nik rebotó contra la pared como un resorte”


Relato  5


El lunes 10 había empezado para Nikita a las 6:58 am esperando ser recibido por el gerente  del Banco  Provincia. A las 4:37 pm y todavía no había terminado con el papeleo. La discusión que tuvo   con Freuke fue una de las peleas “duras” y Nik todavía temblaba cuando bajó del Edificio de los Maestros y salió a la calle. Nikita y Freuke desde años tenían peleas: a cuatro o seis vueltas. En ocasiones: semifondo a diez rounds y las  de fondo a quince ¿Cómo mierda sobrevivieron?



Relato  6


Los feroces choques con Freuke era  caer en un pozo de mierda una y otra vez. Explotaba  y sobrevivía como un peleador callejero: tanto recibía, tanto daba y después le quedaban los golpes marcados y un  hondo malestar en el alma. ¿Cómo deshacer el nudo tóxico y reiniciar en otro lado, otro lugar,  una nueva vida? No parecía que él pudiese protagonizar tal hazaña.


Relato  7


Nikita pasó al  conocido salón de sillones, el diván chaise longue de Eva, una mesa cuadrada enana, de patas gordas con libros y revistas prolijamente acomodados. El amplio espacio estaba iluminado por una difusa luz de un naranja rojizo que, con el perfume dulzón, los leños prendidos en el hogar y la llamas bailoteando, era una envolvente y narcótica calidez en la semi penumbra  de la amplia estancia con estatuas y pesadas cortinas. Papa Luigi, el esposo de Eva, lo recibió sentado en el sillón. Vestía un elegante saco chaqueta corte robe de terciopelo azul marino ajustado con un lazo. Vestía un pantalón blanco y mocasines.
Cuando Nikita entró, Papá Luigi no se levantó a recibirlo.

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