domingo, 15 de enero de 2017

JUNIO 12b. - Martes 11, 10:52 pm



juniolibro.blogspot.com.ar ¿Qué tiene Nikita Artemiev?

1.
A los 18 minutos, pasada la medianoche del  miércoles 12 de junio, golpearon la aldaba de la puerta.

Dante se molestó porque estaba cansado, quería terminar la noche, echar al ruso,  al viejo paraguayo y meterse en la cama pensando que en un par de horas saldría con Nik a la ruta.
--- ¿Quién mierda es? – dijo.

Minutos después, irrumpió   una pareja  de  payasos, que venían a bofetadas y patadas en el culo en el camino y ahora, delante del dueño de casa y sus invitados.

Dante los presentó  de mala gana: Oliva, y el  "Negro Taburete" 

Los dos eran mestizos, o les daba la  sombra en la cara.

Dante lo  empujó  al Negro Taburete que,   rebotó en Oliva y la mujer, con una patada, lo sentó de culo en el sillón.

Para Nik y el Paraguayo,   era divertido de ver y un buen comienzo, hasta el Negro se rió forzado y los ojos en blanco mirando a su compañera  que, de una, lo puteaba en la cara con los brazos en jarra. 

Taburete se levantó y la apartó de un manotazo.
--- Amigo  – dijo abrazado a Dante.

Dante trató de sacudírselo de encima.
Oliva saltó como una gata, forcejeó montada  sobre el Negro y  gritaba tirando saliva.

--- Por favor, no le creas ¡Miente!  El Negro es un hijo de puta.

Dante, metido entre los dos, se desprendió de los manotazos y los dejó  para que  sigan discutiendo.  
2.
Oliva, se sentó frente a Nik con la  falda corrida por los muslos y con las piernas abiertos en V,  mostró la concha. Nikita trató de disimular,  sin mover los ojos de la raja negra.
Oliva  disparó.
--- ¿Qué miras, pajero? -- dijo.    

“¡Vaya chimba!” Se dijo Nik ruborizado,   se levantó y  fue al baño: necesitaba mojarse la cara con agua helada, porque las cosas  estaban saliendo para el orto.

El Negro y Oliva seguían su pelea personal que estalló  esa mañana, siguió  a la tarde,   se revolcaron   a la noche   para terminar acá a empujones y patadas.  

El paraguayo tenía los ojos brillantes y sostenía una sonrisa imperturbable. Dante  hervía encambronado y Nikita deambulaba entre el Negro y Oliva en la cocina con las hojas de la puerta, abierta a la sala.  

¡Nik tenía el estomago vacío!  Tragaba saliva pastosa y dulce, se le movían groseramente las tripas y olía la  Colonia que se había volcado Taburete y Oliva sobre sus cuerpos con la grasa de la piel derritiéndose. El vino tinto en Tetra Brik fermentado, les salía como el vaho caliente de las cloacas. Artemiev daba  arcadas que no podía evitar ni parar.

De pronto  Nikita se abrió, a manotazos, entre Oliva y el Negro y cayó en la bacha  "¡El volcán!" alcanzó a gritar. Y vomitó,  tirándose un  pedo sonoro y tan ventoso, que agitó las cortinas.

--- ¿Qué mierda pasa ahí? – gritó Dante.
Oliva gritó.
--- Tu amigo esta borracho. Se tiró un pedo que me sentó de culo.

Nik estaba volcado sobre su vómito y el Negro prendía un fósforo tras otro, pegado al fundillo del pantalón para quemar el olor de la  ventosidad de Artemiev ¡Vaya putada! 

Dante gritó desde el sillón.
--- La concha de tu madre Negro, me vas a quemar la casa.

Nikita tenía tal vergüenza que solo pensaba en que el diablo se lo lleve bajo tierra. Apuró en desaparecer  en el baño. Y al rato, pasó  del baño a la cocina y otra vez de la cocina al baño doblado por  arcadasy las manos apretando la boca para  contener el chorro putrefacto que pujaba por dispararse como  vergonzantes eyaculaciones precoces. 

--- Ruso ¿Qué mierda estás haciendo?  -- gritó


3.
Nik  volvió a la sala. Estaba pálido y tenía  el cigarrillo colgando de la boca. Había dejado en la cocina a Oliva, revolviendo la alacena, los cajones y el Negro, de atrás, la empujaba ¿A dónde la empujaba?

--- La puta madre ¿Qué hacen? – gritó Dante.

Oliva se dio vuelta como pudo dentro del  cepo de Taburete.
--- Es un hijo de puta ¡No quiero hablarle a este Negro de mierda! – gritó.

Nik se dejó caer  en  el sillón y  el viejo le sonrió.

Desde la cocina  resonó en cadena el ruido de la   lucha cuerpo a cuerpo de la pareja   barriendo la mesada.

--- ¡Basta ya! – gritaba Taburete.
--- Dejáme, hijo de puta.

Saltaban los pedazos de  platos, caían con estrépito las  ollas; las cucharas y tenedores repicaban en el embaldosado cerámico como el sonido del  tragamoneda vomitando el premio.

Dante los miró desde el sillón.
--- ¿Qué mierda están haciendo? -- gritó.
--- Busco un vaso ¿Dónde carajo hay un vaso? – dijo Oliva.

El Negro en la cocina le tiraba de los pelos a la mujer.

--- Salí de acá, pelotuda – gritó.

Oliva se le prendió al Negro de un salto.
--- ¡Sos un hijo de puta! ¡Un hijo de remil puta!

El negro  trató de sacarse a la mujer. Se escabulló, la tuvo de espalda y le pegó tal  empujón con los brazos y la pierna derecha en el culo, que la mandó, trastabillando, hasta el rincón de la sala. Después se acercó y la sentó de los pelos en el sillón bajo la lámpara de pie. La pantalla tembló.
--- Quedate quieta boluda ¡Estas en peda! – dijo.

El Negro se acercó a Dante, lejos del alcance de las uñas largas de su mujer.

--- Está borracha – dijo -- ¡Todo el puto día! Tetra,  tetra y más tetra ¡Hay que internarla! ¡Ya! Ayudame hermano a internarla ¡Por favor, amigo!  Ayudame a  internarla ¡Está loca! Tiene cinco hijos y yo tengo que vestir, darles de comer, llevarlos a la escuela ¡Y no son míos!

Oliva se paró tambaleando de furia.
--- ¡No mientas! El  día de esta semana, que  pararon  los maestros, el Negro les puso vino en la coca   a mis niños   para que se duerman y poder trincarme  por el culo ¡Me defendí! ¿Qué soy? ¿Una trola? Mis agujeros son míos ¡Degenerado! 


Taburete reaccionó inclinándose a Dante.

Dante  pegó un salto: la boca abierta del Negro era el vapor del zanjón del muerto.

El Negro lo siguió.
--- Escucha hermano  ¡Cómo se puede mentir así! ¡Decir esas horribles palabras en una casa decente! ¿Y, sabes qué, hermano?  ¡Quiere  ir aprender piano!  ¡Quiere que le compre un piano! ¿Dante, escuchaste  a esta boluda? ¡Un piano!

Oliva empujó al Negro  y encaró a Dante.

--- Yo limpio, lavo por hora, por día, por años ¿Porqué no puedo ser profesora de piano?—dijo.

--- ¡Otra vez  lo mismo ¡Pelotuda! – rió Taburete mirando a Dante, al paraguayo y a Nik.
--- No quiero aprender. ¡Tengo tres años de piano!  Quiero terminar con un diploma, eso quiero  ¡Profesora de piano!
--- ¿Ahora vas  a estudiar vieja puta?

Oliva tiró la campera que tenía puesta, se levantó el buzo de lana  y mostró los senos   morenos y firmes. 

Oliva no necesitaba llevar ningún tipo de sostén: sus pechos eran como si las hubiese esculpido Alexandro de Antioquia o Boticelli. (***)


--- Este negro de mierda me empujó y me estrellé en el borde de la pileta ¡Me agarró por atrás, el hijo de puta, para coger si mi consentimiento! – gritó.

El Negro  se sirvió un vaso de whisky, se sentó en el sillón: reía como un caballo.

--- ¿De qué te reís, puto? – gritó.

Nik estaba apoyado en la biblioteca,  al lado del carro de las bebidas. Miraba fumando con un  whisky en la mano y la botella vacía en el estante.

Y no le perdía el ojo sobre los pechos turgentes de Oliva. ¡Carajo! Nik sintió como se le montaban en los testículos, 5 cm3 de blanca y cremosa esperma. Disimuló, dandose vuelta a los  libros.
Oliva gritaba mostrando debajo de los senos algunos cardenales morados. 

--- Tengo tres costillas fracturadas y este    se  ríe. Tenía que haberlo mandado preso. Pero una es boluda ¡Le tengo lástima! Viene llorando, se revuelca como un pendejo en el piso y me dice “Mamita, perdonáme,  perdonáme mamita, no me voy a portar mal, quiero cuidar a tus nenes”

--- ¡No te empuje! – dijo Taburete desde el sillón.
---¡Me empujaste! La concha de tu madre ¡Quedé incrustada en el ángulo de la pileta de cemento!
--- ¿Por qué mentís? ¿Por qué mentís? No te empujé. Te caíste porque estas en pedo todo el día. 

El estruendo en la cocina primero y los gritos ahora, atrajeron a Marìe Elena que miraba desde el pasillo, sin que nadie haya notado su presencia. 

Pasó Oliva con un vaso y la saludó.
--- ¿Qué tal señora? -- dijo.

Dante se dio vuelta, hizo un gesto a  Marìe y levantó los hombros.

--- A ver si paras a esta gente, que los chicos están durmiendo -- dijo.
Dante asintió con la cabeza, se sacó los anteojos oscuros y los limpió. Fue un acto como para darse tiempo y pensar.

Oliva estaba al lado del carro de  bebidas y se sirvió Gin y volvió al sillón al lado de la lámpara de pie.

Marìe Elena movió la cabeza. Estaba enojada y se retiró seguida por Dante y el gato con la cola levantada.

Nik  buscaba algo en los tres ceniceros y en los estantes.

El paraguayo  lo llamó y sacó un porro entre la ropa.   Nik se sentó cerca del viejo y lo prendió.

Taburete y Oliva tuvieron unos minutos de indecisión, se miraban y hacían gestos poniéndose de acuerdo.


¿Acuerdo de qué? El Negro preparó unas líneas de coca sobre el vidrio de la mesa enana. La pareja se inclinó y aspiraron un par de líneas cada uno.

Nik miró las tetas de la mujer: la testosterona le recorría el cuerpo como un cable de alta tensión: le había crecido el pelo en el pecho como si fuese un gorila, los músculos le reventaron la camisa y los testículos le desgarraron el pantalón.


El sillón había quedado vacío y allí   se tiró Oliva abrió las piernas y miró a Nikita. 

--- ¿Qué mirás puto? ¿Te gusta?

Nik   se sintió avergonzado sin saber qué carajo se hace en estas situaciones de provocación. 

El viejo tenía la pierna cruzada,  la cabeza apoyada en la mano del brazo derecho y miraba cansado. 
Olivia escupió el Gin y salto para servirse Whisky.

---¡Hijos de puta, se tomaron el Whisky! El negro se rió y la empujo hacia Nikita.

Oliva  se dio vuelta, se le pegó a la bragueta  moviendo el culo.
--- Vamos a bailar – dijo.
El Negro  abrazó a su  mujer, de modo que Oliva quedó en el medio, meneando la cadera, las piernas, la cabeza y revoleando el largo cabello negro.
“A mi me gusta la turrita como mueve el ojete… dale, moveme el ojete”
“Si te agarro mamadita, yo te como el rosquete, rekete rekete, dale moveme el ojete” 
--- Me encanta  “El Wachichorro” – gritó Olivia.

Dante y su familia habían desaparecido y al calor de la noche, los tres desorbitados le daban candela:
“Si él a ti te quema, quémalo también. 
Si te engaña, engáñalo también.  
Por eso dale, dale candela. 
Dale candela candela mami, dale candela" (*)
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En el barrio la cachimba se ha formado la corredera
En el barrio la cachimba se ha formado la corredera
Alli fueron los bomberos con sus campanas sus sirenas
Alli fueron los bomberos con sus campanas sus sirenas
Ay mama que paso, ay mama que paso
El cuarto de Tula se cogio candela
 se quedo dormida y no apago la vela... (**)

La fiesta duró lo que tenía que durar: hasta que se tiraron a los sillones y el diván, boquando  exhaustos. 

Nik cerró los ojos y cabeceó   fugazmente. Cuando abrió lo ojos, miró extrañando el salón frío e iluminado. Ciertamente estaba perdido en el espacio. 

Oliva y el Negro estaban despatarrados sobre el diván y el viejo seguía sentado, sin moverse,  sonriendo.

Nikita reaccionó con la lentitud de tipo comatoso y   tuvo la sensación de estar en una  Terminal de Micros cancelados. El humo de los cigarrillos había quedado suspendido, olía a alcohol y todos ellos necesitaban urgente un baño. 

Dante había apagado la calefacción y Nikita sentía mucho frío.

Oliva  y  el Negro, en el diván, tenían las piernas estiradas, la cabeza de uno tirada sobre el respaldo y la de Oliva sobre el brazo del sillón, las bocas abiertas, babeándose.
Nik  sentía un gusto amargo y repugnante en la boca. Miró el reloj: 2:30 am, miércoles 12 de junio. Se levantó mareado.

El paraguayo seguía sentado, tenía la pierna cruzada y miraba a Nik. 

--- No se enoje Nikita por lo que voy a decirle: usted toma mucho  y pierde la compostura. Por favor, no lo tome a mal. ¡Cuídese! – dijo.

Nik lo   saludó con una leve inclinación de cabeza y tambaleando salió de la casa de Dante.
Llovía, el viento soplaba del sur con ráfagas fuertes.

Corrió hasta el Chevy amarillo, rozando el Mercedes Benz del paraguayo y el Corsa del negro Taburete.

“Cómo mierda hacen” gritó mojado metiéndose en el Chevy tiritando de frío.

Respiró hondo, exhalo el aire un par de veces, hasta recobrar un cierto equilibrio. 

Prendió un cigarrillo y la tos lo descoyuntó: abrió la ventanilla y escupió.

"¡Qué día y noche de mierda! Teníamos que estar en camino ¡Y dónde mierda estoy? Mamándome " Nik gritó histérico, y le pegaba al volante del Chevy con rabia. "¡Qué carajo!   

Estaba chivado y se acordó de Eva  "¿Cómo pude ofender a Eva?" ¿Era su descenso al infierno? ¿Qué tendría que hacer para que Eva lo vuelva a mirar?  

"Eva me cerró la tranquera: fuera perro, fuera"-- Gritaba en punta de pie, agitando los bracitos" 

Encendió el motor. Esperó unos minutos. 

Pensó que el grado de alcoholemia era 0º  en el territorio de la Provincia, pero desde hace un año, que rige la ley "Tolerancia 0", los Pitufos no encontraron a ningún  beodo en el camino pero la parrilla del domingo estaba cargada.

¿Quié iba a prestar atención que todos manejaban borrachos gritando con los Pibes Chorros  "Si pinta una cumbia revolias tu cadera, si pinta los tragos vos perdés el control,  si pintan los pibes revolias tu cartera,  y si pinta la guita nunca decís que no" 

En el trayecto a la Torre de los Maestros,  lo atacó una terrible tos, abrió la puerta del Chevy para respirar y vomitó. Sentía el agua fría caerle en la cabeza y  la espalda. 

Se acordó de cuando era niño y servía en la Iglesia Ortodoxa de Villa Ballester, sabía de memoria la lectura de los salmos y la misa.    

Se acordó del Salmo 6 que murmuró en esa postura ridícula, con medio cuerpo fuera del auto "No me reprendas en tu ira; no me castigues en tu enojo. Ten misericordia de mi, que estoy enfermo; sáname, pues mis huesos se estremecen, y todo mi ser se halla alterado."

Transcurrió un siglo hasta que no tenía más qué vomitar y ningún salmo por recitar. 

Nikita Artemiev, metió su cuerpo en el Chevy amarillo y salió a la Torre de los Maestros. "Espero que estén durmiendo ¡Y que no me rompan las bolas" gritó.


Referencias

(*)    "Dale Candela"  Daddy  Yankee

(**)  "Buena Vista Social Club"

(***)  "Venus - Alexandro de Antioquia"



La sensualidad de la joven diosa semidesnuda con sus curvas femeninas  ha llevado
a la estatua a una fama perdurable.
A primera vista, de aspecto natural, su memorable pose ha sido estudiada.
(...) el escultor talló de forma excepcional los pechos al igual que la zona abdominal,
pues los escultores creían que al representar los cuerpos con una mayor perfección aumentaba
la belleza de la escultura.
BLOG de http//marisolroman.com


“Los hechos y/o personajes de los Relatos de “JUNIO”
 son ficticios. 
Cualquier similitud con la realidad es nada mas que coincidencia”


Fin 
Relato 12 b.


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12 a.
Marie Elena los observó.
--- ¿Qué hacen? – dijo
Nadie supo que contestar y se miraron como estúpidos . Era un carrusel  iluminado de  puta madre, dando vuelta en el espacio recalentado, un martes de junio, en la noche invernal, de un pueblo perdido al Este del Río Grande.
El paraguayo se paró y le sonrió a Marìe Elena y atrayendo al niño le colocó una pesada mochila. Martincho trastabillo  para atrás por el peso. La mochila de asalto Moller era grande y pesada.
--- ¿Pero qué está haciendo hombre?
--- ¡Un regalo a este berraco patriota para su primer acampe nocturno  con los Boy Scauts!
El paraguayo golpeó la mochila y el nene se fue dos pasos para adelante.
--- Con esto va a ir bien equipado. Tiene hasta luces de bengala.
--- Es un niño.
--- Marìe Elena, mire la alegría del niño en su rostro y en su cuerpo.
--- ¿Por qué no le regala un rifle, granadas, gas pimienta, napalm? --Marìe estaba enojada.


                                                                   juniolibro.blogspot.com  ¿Qué tiene Nikita  Artemiev?
 Lo dijo la Loren:  "La fantasía del hombre es la mejor arma de la mujer" 
“¡Querés coger, pagá!” dijo su mujer   la noche anterior y estas palabras lo sacó de la cancha con tarjeta roja  en su jeta y una patada en el culo.  Nikita  reaccionó mal, ofendido y en caliente, se fue de mambo. Si hubiese  pensado  diez  segundos, reconocería que las palabras de Freuke “¡Querés coger, pagá!"  No tenían nada de sorprendente u ofensivo: a Nik ya  le sangraba el culo de pagar todas y cada una de las cuentas de la familia. No se percató que era la provocación y  desprecio con que Freuke lo chuceaba cuando Nik se ponía pesado.

   
11 a.
Siempre ha parecido que uno tiene los sentimientos del otro atado a sí, como a una vaca o un perro. Siendo generoso: es un pensamiendo mágico para el disfrute del idiota. La cosa no funciona. Ella dice "mi cuerpo es mío: solamente te lo muestro y a veces te doy mi consentimiento a que lo toques y nada más. No me jodas con palabras floreadas ni con dulce saliva" ... ¡Carajo! ¿Nikita Artemiev perdió el favor de Eva?

11 b.

    Tal vez perdió a Eva  ¿no? La cosa, si queres que funcione, hay  que empezar a remar otra vez. ¿No te parece Nikita Artemiev?



GALERIA


Salvador Dalí: "Gala" 1945


Ben Grossens, fotógrafo, artista belga, surrealista. 
"The Chosen one"



Ben  Grossens 1945 - Fotografo surrealista


























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