1.
Eva se fue por el pasillo, ampliando el sonido de los tacos
agujas acompasando el movimiento de las caderas.
--- ¿No me vas hablar por 30 años? – gritó Nik.
Al mismo tiempo, entró el paraguayo llevando paquetes como si viniera
del shopping y atrás Dante.
--- ¿Qué te pasa ruso? – dijo.
Nik sintió que el eje
de su sostén vital cimbró del susto; trastabillo, dio vuelta y
miró sorprendido.
Abstraído como estaba y pendiente de Eva, se le borró el
contorno de la casa, junto a Dante y el paraguayo y sintió como un mazazo que él, Nikita, era nada mas que una visita inutil.
La calefacción le perló la frente de gotas de sudor.
El paraguayo dejó las bolsas, se desprendió del sobretodo y Dante, con los lentes para el sol sobre la
nariz, miró a Nik tomando whisky y el habano en el cenicero. Hizo un gesto de
desagrado y sin hablar, se
sirvió un Jack Daniels y un Schweppes
Ginger Ale con mucho hielo para el viejo.
Se sentaron en el sillón y Nik se quedó con los ojos
abiertos sin pestañear. El paraguayo lo observó amigable.
--- Siéntese hombre – dijo.
Nik asintió y se
sentó en la punta.
Así quedaron los tres con los vasos en la mano, en silencio, mirando un pequeño ataúd negro laqueado, que había dejado el paraguayo en la mesita alargada de vidrio.
Así quedaron los tres con los vasos en la mano, en silencio, mirando un pequeño ataúd negro laqueado, que había dejado el paraguayo en la mesita alargada de vidrio.
El paraguayo abrió
con orgullo el pequeño ataúd y los miró sonriendo, después se volcó al regalo para Dante.
--- Es una tatuadora importada. Original y configurada para
líneas y operativamente modificable para sombras y relleno. Está pintada a mano y
acabado al fuego. ¡Un ataúd forrado en raso! – dijo.
Dante y Nik se inclinaron.
El paraguayo miró a
Dante.
--- ¿Estas pintado?
Dante se desprendió la camisa y mostró medio cuerpo desnudo y tatuado de
frente, espalda, cuello y brazos.
Nik estaba asombrado y el viejo se rió.
--- ¿Algo más para mostrarnos? – dijo.
--- El culo, la pija… ¿Y vos ruso? -- dijo Dante.
Artemiev los miró.
--- Nada, no tengo nada – dijo.
--- ¿No serás puto?
El paraguayo volvió a la tatuadora y explicó las bondades técnicas.
--- ¿Sabés de qué hablo? Tiene la puntera completa: Grip de
25mm x 55mm Black. ¿Prestaste atención, hijo? Maquina de tattoo hecha a mano
con marco de acero inoxidable. Tiene un golpe fuerte y estable con bobinas de
10 wrap. Capacitor de 47 uf 50 v. Voltaje 7.5 ¿Qué tal?
Los tres estaban sentados frente al ataúd abierto, la maquina
de tatuar y el catalogo de figuras: calaveras, mujeres, senos, dragones, cruces,
esvásticas…
se podía escribir la piel más allá de la
imaginación… todo se podía tatuar desde la cabeza a los pies con las agujas,
tintas…tal y cómo Dante exhibía en su cuerpo.
Desde el interior de la casa, Eva entró con los chicos
vestidos para la clase de natación.
--- En un par de horas volvemos – dijo Marìe.
Eva salió sin mirar ni despedirse de Nikita. Mierda, ¡Qué
putada!
Nik miró a Dante y al paraguayo: se reían. “¿De mí?” Pensó
amoscado.
Dante palmeó a
Nikita.
--- Hoy no nos vamos – dijo.
Nik asintió “¿Me está echando?” pensó. Se levantó y se
sirvió whisky.
A Nik le molestaba volver
a su casa temprano: estarían sus hijos, Freuke, la vieja y un centenar de
culicagados y otros metidos por todos los rincones. Freuke era una mujer por lo demás social: tenía la puerta sin llave y no pensaba en
Nikita, rodeada de los voluntarios de su ONG.
Nik detestaba la instalación de esta ONG social en el piso. No
conocía a nadie de la nomina y estos estaban por todas partes, zumbando como moscas, le ocupaban hasta la cama
para coger.
¡Joder bróder! Tenía subsidio de la comuna para su ONG.
Nik miró a Dante.
--- ¿Nos vamos mañana temprano?
Dante asintió con la cabeza.
“Que manera de perder
el tiempo ¡Mañana es miércoles!” pensó Nik.
Nikita se ensimismo girando a 78 rpm. Repitiendo una vieja canción que ni siquiera sabía donde la había oido y alojado en su memoria.
“Eva se fue buscando el sol en la
playa y su bikini a rayas. Ella se marchó y solo me dejó recuerdos” (1)
La voz interior de
Nik le pegaba en el hígado, “La jodíste, pinche cabrón, tu puto discurso mató a la madrecita”
Hasta el gato estaba
malhumorado y los miró caminando por el borde de la biblioteca. Dante le tiró un libro, el gato pegó un salto
y los tres se rieron.
Dante rompió el tedio y el silencio prendiendo la TV en el
canal de la música.
La pantalla se iluminó, el ritmo tronó y levantó el ánimo a los tres. Se daban palmadas en las piernas
moviendo la cabeza.
Dante cambió de canal porque el pianista del conjunto de jazz le aburría.
Paseo con el control por los 500 canales y encontró una movida a full.
Levantó el volumen y el
ruido les tapó los tímpanos. Pero era más divertido que el pianista de
jazz.
El paraguayo trajo una bolsa del tipo de casas de electrodomésticos de la cual sacó una flamante mochila de uso
militar yanqui.
--- Regalo para tu hijo, ese “Berraco” jefe Boy Scouts, para
que le patee el culo a los débiles – dijo.
Se sentó en una silla, en la punta de la mesa de roble.
Dante lo miró.
--- ¿Y para la nena?
--- Sorpresa, sorpresa.
Nadie escuchó ruidos
en la puerta de entrada. Y solo se percataron, cuando entraron los chicos arrastrando los pies.
Marìe Elena los seguía.
Nik sintió un vuelco en el corazón, ¿Eva? Eva no estaba con ellos.
“Eva se marchó y solo me dejó recuerdos de su ausencia; sin
la menor indulgencia, Eva se fue ( 1)
Rezumaba en la cabeza de Nik esa vieja canción apolillada en
el baul de los recuerdos.
“Qué voy hacer si Eva se fue"
“Apenas puedo vivir pensando si ella me quiere, si necesita
de mí… Eva se marchó y solo me dejó recuerdos de su ausencia sin la menor
indulgencia” (1)
Marie Elena los observó.
--- ¿Qué hacen? – dijo.
Nadie supo que contestar y se miraron como estúpidos.
Era un carrusel
iluminado de puta madre, dando
vuelta en el espacio recalentado, un martes de Junio, en la noche invernal, de
un pueblo perdido al Este del Río Grande.
El paraguayo se paró y le sonrió a Marìe Elena y le colocó al niño, una pesada mochila de los marines.
Martincho trastabillo para atrás por el peso. La mochila de
asalto Moller era grande y pesada.
--- ¿Pero qué está haciendo hombre? -- dijo asombrada Maríe Elena.
---
¡Un regalo a este berraco patriota para su primer acampe nocturno con los Boy Scauts!
El paraguayo golpeó la mochila y el nene se fue dos pasos
para adelante.
--- Con esto va a ir bien equipado. Tiene hasta luces de
bengala.
--- Es un niño.
--- Marìe Elena, mire la alegría del niño en su rostro y en
su cuerpo.
--- ¿Por qué no le regala un rifle, granadas, gas pimienta,
napalm?
Marìe estaba enojada.
El viejo se apuro en seducirla con voz suave.
--- Señora, por favor ¡Me jugué el cuello cruzando la Triple Frontera! Fíjese, mi señora: esta mochila es una Molle usada en “The Hurt Locker” ¿Vio la película? ¡Oscar a la mejor del 2008! ¡Extraordinaria! Irak ¿Le suena? Ahí
andaban los soldados Yanquis con esta mochila
que pesaba 60 kilos con 50° en el desierto.
El viejo se rió.
Marìe miró enojada a su marido mientras le sacaba la mochila
a Martín Juan Domingo.
--- ¿Qué decís de esta payasada? ¡Mierda, sos el padre! – dijo.
--- Tiene razón el viejo. Es para que Martincho la luzca en
la escuela, en la calle y en el campamento de los Boy Scouts como un hombre.
--- No seas pelotudo. ¿No te das cuenta que la mochila es
más grande que el nene?
Marìe Elena levantó la mochila. La notó pesada y se puso verraqua.
--- Pesa una tonelada ¿Qué mierda tiene adentro?
El viejo¡ miró a la nena
y le acarició la cabeza rubia.
--- Te dejé un regalo en la casa de tu tío Luigi.
--- ¿Qué es? – zapateó la nena.
Marìe Elena miró furiosa a Dante.
--- ¿Ahora qué? –
dijo.
--- ¡Un cuadriciclo!
--- Están locos ¡Tiene 10 años!
Intervino el viejo.
--- Es solo para cruzar de punta a punta el banco de arena
del Rio Grande.
--- Hay gente tomando sol, jugando con las paletas, haciendo
castillos los pibes.
El viejo esbozó una sonrisa.
--- Tendrán que correrse ¡Qué joder! – dijo.
Marìe Elena miró a su marido, le clavó los ojos en el paraguayo
y Nikita tampoco se salvó.
---¡Por dios!¡Boludos!
Dante se rió.
El viejo la detuvo con voz suave.
--- Por favor Marìe, le traje un regalo.
La mujer se dio vuelta.
--- ¿Una estola de piel?
El paraguayo se rió.
---¿Es una broma, no? Usted sabe que soy conservacionista.
Condeno la matanza de animales para fabricar zapatos, gorros, tapados.
Marìe Elena lo miró y el paraguayo notó que la mujer dudaba. Esa
chispa, avivó su fuego y corrió a buscar otro de los regalos que trajo.
El viejo le puso en sus manos una cartera de Louis Vuitton
Sppedy 30
--- Esto es para usted – dijo.
--- ¿Es original?
--- Las copias son mejores que los originales, mi señora –
dijo.
Dante levantó la cartera de 2.000 euros y la dio vuelta de
uno y otro lado.
--- En esta ciudad de mierda nadie tiene una Vuitton
original, aunque te digan que la
compraron en Dubái -- dijo.
En esta peli, Nikita no participaba: tomaba sorbos de Chivas,
fumaba un habano Montecristo y miraba
con el corazón contraído buscando a Eva.
El viejo aprovechó el impasse y trató aligerar la furia
por los regalos a Martin Juan Domingo ” una
mochila de guerra” y “el cuatriciclo a Luisa Eva” y le trajo a la niña un bolso
con otra cartera Vuitton: la inofensiva Twist MM.
Luisa Eva saltó de alegría, besó al viejo, se puso la
cartera como bandolera y dio varias vueltas por la
sala.
Dante abrazó a sus hijos, los beso.
También besó a Marìe Elena.
Y Marìe con la Vuitton colgada, arrastró a los niños y se perdió en el intestino interior de la
casa grande.
Ref. (1) “Eva María se fue” (1973) canción Pop del conjunto
español “FORMULA V"
“Los hechos y/o personajes de los Relatos de “JUNIO” son
ficciones. Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia”
FIN
RELATO 12 a.
RELATO 12 a.
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