domingo, 5 de febrero de 2017

JUNIO 14 a. - Miércoles 12, 8:42 am.

Nikita subió con Dante al Chevy amarillo y se largó a los caminos provinciales seis putos días de junio cagados de frío, bajo la lluvia, el granizo de frente y el viento del sur 

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Ciudad  del  Este; miércoles 12,  8:42 am


El miércoles 12, a las 8 y 42 de la mañana. Fin para las idas y vueltas de Nikita "en espera" de que Dante levantara el culo  y diese la orden "¡Salimos ya!" 

Mientras Nik esperaba, a Dante,  su vida se complicaba y su ansiedad en   abandonar la ciudad, lo había hecho polvo  en detrimento del equilibrio emocional. Los nervios y la obsesión de “rajarse” de la ciudad lo transformó en un pinche pendejo caprichoso que berreaba “¡Quiero irme, ya!”

Y al tercer día hábil, Nik subió al Chevy amarillo con Dante y se largaron.

Para Dante era un viaje de negocios o lo que fuese; para Nikita Artemiev se abrió un mundo  en distintos escenarios provinciales con tipos que formaban parte del azaroso transito al norte de la provincia.


El Chevy amarillo cruzaba como torpedo la Ciudad del Este, sin embargo para Nikita Artemiev solamente saldría de la toxicidad de la Villa, cuando pasara por abajo del "Arco  y el General  de cemento que fundó la ciudad, emplazado a  la salida".  Así era la cosa.

A propósito, el escultor local  representó al General como una  torre sobre un caballo que,  se parecía a un burro. Los esteños se reían, las autoridades le colocaban anualmente las coronas de aniversario y el artista, una vez cobrado su trabajo, se fue corriendo  del coro de burlas que lo perseguía desde que bajaron el lienzo que cubría la escultura. 

"¡Estoy envenenado!" dijo Nik y apretó el acelerador. 

El amanecer era tenebroso como los últimos días: viento frío y una leve y molesta lluvia, que calaba los huesos y tenía al parabrisa del Chevy  haciendo ruido de lado a lado. 

Nik fumaba, Dante tenía puestas las gafas negras y dormitaba.

El cielo estaba gris con pesadas nubes negras que volaban como si arriba de sus cabezas el temporal estaba desatado y en horas los aplastaría con  furia.
  
En otro momento, el día, así como se le presentaba, hubiera asustado a Nik, pero hoy estaba en paz ¡Por fin salía de Ciudad del Este y dejaba los problemas que los resuelva el rezo, la misericordia y el perdón del Papa, dios,  María santísima y si las plegarias no son atendidas, que se los bote del altar. 

El Chevy bordeaba veredas altas, árboles gordos y deshojados. Cruzaron las vías inútiles del ferrocarril que había dejado de correr y los taparon los yuyos, pasaron por la estación del ferrocarril ocupada por Tribus Culturales y sociales de todo tipo; El Departamento de Coordinación de Carnavales Barriales Integrados a la Cultura del Pueblo Municipal; la Oficina de la Juventud y Derechos Humanos; el Departamento de Deportes;  la Salita de Primeros Auxilios; El Jardín Maternal y la Feria Municipal.

Dejaron atrás la vía auxiliar y la formación de vagones incendiados y la locomotora Diesel enganchada. Era el cojedero gratis del Este y el espacio de los “homless”, paqueros y otros. También una estudiantina de “rateros” de  los Colegios, dándole caña a la marihuana… Eran cinco esqueletos de vagones siempre llenos. La policía los corría a palos, pero volvían una y otra vez.

El Chevy avanzaba a los bandazos y  el limpiaparabrisas barría frenético el agua nieve del vidrio,  Nik y Dante con el frío en los huesos  (la calefacción había dejado de funcionar dos inviernos atrás) serpenteaban por la ciudad: bajaban y subían lomadas, bordearon el amplio playón del supermercado, y la Plaza del Centro con los  centenarios árboles en brumas y la gente corriendo hacia las oficinas por las anchas diagonales.

Para cuando Nik  había prendido el tercer cigarrillo, estaban lejos, resbalando por calles de agua estancada y basura en las zanjas.
--- Dobla ruso – dijo Dante.
--- ¿Vamos al Arroyo de los Muertos? ¿Qué mierda perdimos, boludo?
--- Tengo que ver a una mina que hace  trabajos para  la Butique de Papa Luigi.

Dante vigilaba como el Chevy caracoleaba por las calles de barro.
--- Es acá -- dijo.

Dante sacó un sobre  de Papel Manila del bolso-mochila “Christopher PM” de Vuitton,  lo puso  en el bolsillo interior de la campera negra de cuero. 
--- En diez, vuelvo -- dijo.

Salió del Chevy y saltó a una piedra como "isla" en el barro, después a otra, hasta una pasarela de madera.


Era el Barrio de las 379 viviendas: centenas de casillas metidas una dentro de la otra.

El Chevy amarillo estaba detenido en el barro de la calle 34 Este, a cincuenta metros del Arroyo de los Muertos: un cauce nauseabundo de agua del    Matadero y el Parque Industrial.

La orilla del arroyo estaba cubierta por la basura que los vecinos tiraban en bolsas desde los autos y los perros deshacían con furia.

Un caballo dio vuelta la cabeza lo miró, diez perros rodearon el Chevy y dos pibes en pelotas miraban desde la puerta de una choza.

Dante desapareció  entre los pasadizos de las  379 viviendas y  Nikita estaba metido en el Chevy y el Chevy parecía un auto abandonado rodeado de perros que ladraban, levantaban la pata y echaban chorros de orín en las ruedas hundidas en el barro.

Nik trató de abstraerse y temblando de frío sacó  el  IPhone fue al archivo de   las fotos de Eva y  las fue pasando lentamente.

“Eva”, dijo lastimero convocándola a la comunión en la cabina del Chevy. Queria amigarse, mejor: borrar el día anterior que le dijo tantas estupideces que, Nikita se sonrojó de vergüenza con solo recordarlo ¡Estaba en pedo, sí señor!

Nik era un pinche pendejo, un pelotudo incontinente, que ahora tenía que remar para salvar la relación con la mujer que le había puesto cadena como a un perro y el feñliz movía la cola! 

Nikita quería volver a su status y mordisquearle la piel, los piececitos y lamer  su piel, penetrar en sus agujeros húmedos, cálidos que le habrían una galaxia mas allá  del paisaje que sus ojos veían, para adentrarse en un mundo desconocido, inexplorado y que ninguna de las fotos que le sacó, se  asemejaban.

Sin embargo, a juicio de  Artemiev,   Eva no lo entendía así y optó por  cortar el collar y  echarlo de su lado. Ahora Nikita tenía el suplicante corazón: apretado, retorcido como una toalla traspirada y lloraba.

“Seguramente  no quiere escuchar mi confesión” dijo. “Para Eva las cosas son como son, mejor sin palabras” pensó mirándola en la minúscula pantalla del celular.

"¿En qué me estoy metiendo?" gritó Nik dentro del cubículo del Chevy y se retractó inmediatamente "Solamente me importa Eva" dijo.

Pasó al Facebook…Revisó los post uno por uno: esperaba encontrar algún amigo perdido. No encontró nada, tampoco  tenía mensajes ni  llamadas perdidas.

Guardó el celular y sacó del morral la botella de vodka: le temblaban otra vez las manos y le castañeteaban los dientes, bebió del pico un trago y tiró la cabeza hacia atrás. Estaba solo dentro del Chevy amarillo ’73 en medio del barro, rodeado de bruma, la persistente garúa y la jauría de perros que ladraban todos a la vez.


Cerró lo ojos “¿Qué estamos esperando?” Pensó Nik y recordó haber leído en el libro de “La Ley de Murphy”,  la ley de Howe:

“Todo el mundo tiene un plan que no funcionará”


El frío y el silencio le fue comiendo el hígado y Nikita entró en un   estado de coma, cabeceó un rato hasta que se mordió la lengua y abrió los ojos: “la puta madre” gritó  y  vio a un viejo, andrajoso y pintado de barro.  Lo miraba pegado a la ventanilla.

Fin
Relato 14 a.

Los hechos y personajes de "JUNIO" son ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia,

SEGUIMOS  EN  CURSO


¿Qué tiene Nikita Artemiev? juniolibro.blogspot,com
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:  TE PUEDE INTERESAR



¡Mierda que se lo veía a Nik jodidamente chingado  sin brújula y a la deriva!
Nik tambaleo hacia Eva, el corazón le saltaba, sus manos temblaban y se pego a la espalda de Eva. El aliento a alcohol  de Nik  golpeó a Eva y se dio vuelta.
Nikita  tenía la mirada ardiente y el rostro en la sombra.
 --- Por favor quiero hablarte –dijo.

"Exponerse frecuentemente a un peligro acaba siempre por tener consecuencias negativas...Tanto va el cántaro a la fuente, que allí deja el asa o la frente"  Proverbio 



Los maridos engañados que no saben nada, de todos modos lo saben todo. M. Proust

Desear a la mujer de tu prójimo no es pecado, es tener buen gusto”. Alejandro Sanz

Éxodo 20:17 : “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”.

Los feroces choques con Freuke era  caer en un pozo de mierda una y otra vez. Explotaba  y sobrevivía como un peleador callejero: tanto recibía, tanto daba y después le quedaban los golpes marcados y un  hondo malestar en el alma. ¿Cómo deshacer el nudo tóxico y reiniciar en otro lado, otro lugar,  una nueva vida? No parecía que él pudiese protagonizar tal hazaña.
Sin embargo pensó en Eva ¿Por qué no? Parecia que sus almas se necesitaran. Hablaban animados, se tocaban sin inmutarse. A Nikita le costaba reconocer que tenía a Eva en su mente, tal vez por cobardía, por miedo... Eva estaba casada con Papa Luigi.

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Este   “¡Querés coger, pagá!” de la noche anterior, lo sacó de la cancha con tarjeta roja escrachada en su jeta y Nikita  reaccionó mal, ofendido y en caliente se fue de mambo. Si hubiese  pensado  diez  segundos, reconocería que las palabras de Freuke “Trae plata si queres coger!" No tenían nada de sorprendente u ofensivo, porque a Nik le sangraba el culo de pagar todas y cada una de las cuentas de la familia. Era una provocación y desprecio que Freuke Agueda le tiraba palabras como adoquines cada vez que Nikita se ponía pesado.

"La fantasía del hombre es la mejor arma de la mujer"  Sofía Loren 




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